El equipo del Sepo Ginóbili marco terreno de entrada. Con la efectividad en los tiros externos de Nicolás Romano empezó mandando de arranque. Luego, el goleador Dwayne Davis se sumó a la fiesta y la Gloria sacó 9 de diferencia: 21-13. Sin embargo, el campeón chileno nunca perdió la línea, mantuvo su juego simple y buscando tiros cortos, a la antigua, achicó el margen (26-19).

Con Pablo Espinoza en cancha, Instituto tiene una energía extra en defensa y eso le permitió correr, una de las armas preferidas del elenco albirrojo, que alargó la diferencia a 11: 33-22 en menos de dos minutos del segundo cuarto.

La maquinaria ofensiva de la Gloria empezó a funcionar a pleno, pero extrañamente no pudo sacar grandes diferencias. Martín Cuello encabezó el ataque y el local siguió mandando, a veces con comodidad, otras no tanto.

Valdivia, mientras tanto, se movió al ritmo de Nicolás Ferreyra. Como en el partido con Flamengo, un base argentino fue la figura del rival (aquella noche Franco Balbi). Con Ferreyra liderando el ataque, el elenco chileno se mantuvo cerca. Pero cerrando el cuarto volvió a la cancha Dwayne Davis y con un triple, volvió a darle 11 de diferencia: 50-39.

De a poco, empezó a marcar las diferencias reales Instituto. Defendió duro, cerrando los caminos al rival, otra vez con Espinoza con un rol determinante, acompañado por Clancy. Además, Santiago Scala se hizo cargo del armado del ataque y entre Dwayne Davis y Cuello resultaron indefendibles para la defensa chilena y la Gloria llegó a tener 23 de ventaja (69-46) que la visita achicó en el cierre del segmento.

El cuarto final fue de pura fiesta. Con el equipo dominando en la cancha, los hinchas desataron el festival, a puro aliento, y con los chicos de la cantera en la cancha.

La Gloria jugará en condición de visitante ante Valdivia el 17 de diciembre y el Flamengo el 20 del mismo mes.