El músico y cantante Celso Piña falleció este miércoles, a los 66 años de edad, luego de haber sufrido un ataque al corazón.

Su familia confirmó la muerte a medios de comunicación que se encontraban afuera del hospital en la ciudad de Monterrey, Nuevo León y a través de redes sociales. Los médicos intentaron reanimarlo a su arribo, pero fue inútil.

"Papá te amo con todo mi corazón, fuiste y serás siempre el mejor del mundo, no tengo palabras para expresar, no sabes cuanta falta me vas a hacer", publicó en Facebook su hija, Cecilia Piña Ortiz.

Celso Piña fue pionero en la fusión de sonidos tropicales como base, conjugándolos con todo tipo de géneros populares desde los norteños, hasta sonidero, ska, reggae, rap y hip-hop, entre otros.

Nació el 6 de abril de 1953 en Monterrey, lugar donde se hizo famoso por tocar música regional acompañado de sus hermanos Eduardo, Rubén y Enrique, con quienes daba serenatas en el barrio.

En 1980 compró su primer acordeón para introducirse al mundo del vallenato, con largas horas de ensayo y esfuerzo, esto sucedió en la popular colonia Independencia, la cual tiene una cumbia llamada "Mi colonia Independencia" y en la zona del Cerro de la Campana.

En los ochenta decidieron cambiar de estilo musical y comenzaron a tocar música tropical. Después de escuchar a Aníbal Velásquez y Alfredo Gutiérrez durante un baile de cintas, decidieron entrar de lleno a la música de vallenato, y así formo su propia banda "Celso Piña y su Ronda Bogotá".

"En mi público busco generar alegría, que se olviden un poco de todas las penas que traen. Porque todos tenemos penas. Olvídate de lo que debes, de lo que te hicieron. Olvídate de todo menos de mí. Es una canción que hice… (Canta) 'Olvídate de todo, menos de mí', y empieza el tequila, como buen mexicano", solía decir en sus entrevistas.

Durante su carrera musical grabó duetos con distintos grupos músicales y cantantes de todos los géneros, como Café Tacvba, Gloria Trevi y Lila Downs, entre otros.

Aquí lo recordamos con Lila Downs y Totó La Momposina "Zapata se queda"

"Gracias mi Gabo por hacerme el favor de compartir ese hermoso pueblo que creaste, y por dejarme cantar un pedacito de tus cien años.", escribió en su cuenta de Twitter el músico un día que el colombiano Gabriel García Márquez bailó una de sus piezas y con quien desarrolló una gran amistad.

"En el 2003 me topé a García Márquez en el Museo de Arte Contemporáneo allá en Monterrey, el Marco; de ahí empezó su interés de cómo se debe tocar el acordeón, la caja y la guacharaca. Como yo se lo dije, entonces le impactó lo mío y creo que de seguro pensó: ¡Pero si yo vengo de donde está la crema y nata de la cumbia y del vallenato, y mira qué bueno es este pelao de aquí del norte…!", dijo en entrevista con la revista Proceso.

En 2014 llevó por primera vez su música a España con un disco que incluía temas dedicados a García Márquez, a quien además ofrendó la presentación de esta producción, el 17 de mayo de ese año, en la Plaza Condesa de la capital mexicana.

"En 2011, me invitaron al cierre del Festival Internacional de Barranquilla, donde fui recibido por Aníbal Velázquez y Alfredo Gutiérrez, cuyos discos inspiraron mi música. Por eso, cuando los vi, les agradecí por ser mis maestros virtuales", dijo en 2014 a el diario El País.

Siempre destacó por su humildad y por ser un autodidacta, ya que se formó a base de tocar y ensayar.

En Argentina estuvo en abril de 2017, se presentó en Niceto Club de Buenos Aires y en nuestra ciudad en Club Paraguay, con esas actuaciones cerraba una gira Sudamericana que lo había llevado por varios países de la región.

Lo evocamos con estas imágenes de "La Casa de las Flores" exitosa serie que contó con su música en escenas clave como ésta donde se oye y una de las protagonistas canta "Aunque no sea conmigo"

El músico protagonizó en 2012 su propio documental, Celso Piña: El rebelde del acordeón, dirigido por Alfredo Marrón Santander, en el que se indaga el surgimiento de los sonideros y la gran popularidad de la cumbia colombiana en La Indepe, el barrio bravo de Monterrey en el que Celso creció y donde fue el primero en interpretarla en vivo en bailes y fiestas familiares

Reproducimos parte de un reportaje brindado a un medio nacional en 2017 estando de gira en Argentina:
"¿Cómo fueron tus inicios?
-No es algo incómodo de decirlo, pues no vengo de una familia en la que tuve que andar vendiendo chicles en la calle, gracias a Dios no. Pero tampoco digo que andaba bien. Término medio se podría decir. En mis principios, como todo, era difícil. Un niño se para porque quiere caminar y se tropieza, llora, se para y vuelve a caminar. Con la música fue lo mismo. Yo fui el primer individuo en mi tierra que se atrevió a interpretar este género, la cumbia colombiana, y el vallenato en Monterrey. Tenemos nuestro folclore como el corrido, la polca, la redova, el huapango, el chotis (hace la mímica de cómo se tocan los instrumentos de esos ritmos al grito de "¡échale compadre!"). ¿Cómo a alguien se le ocurre meter algo en un lugar que no es de ahí? Hasta que quedó. Lógicamente fue difícil pero eso no me doblegó. Claro, grabé mi primer disco, pegué. Y vinieron otros, y pegamos.

Fui el primer individuo en mi tierra que se atrevió a interpretar este género
-Tuviste mucho éxito en lo que hiciste. ¿Cómo manejaste el tema de la fama? Quizás algunos con el dinero de golpe descarrilan. En la Argentina los máximos referentes de la cumbia contaron que tuvieron problemas cuando ganaron mucho dinero.
-Detrás de mí hay una gran persona que es mi papá, Isaac Piña Marroquín. Él me dijo "Celso, veo que te está yendo bien económicamente, las mujeres se desmayan por ti, las enloqueces con tu música, tu carita, tu carisma, esa barba blanca que te hace parecer a Santa Claus (ríe). Ten mucho cuidado porque el día que empieces a levitar por la fama, se te va a acabar. Ten mucho cuidado". Y yo le dije: "¿Qué fama, pa?". Ese es el chiste: las cosas hay que tenerlas pero no sentirlas. Si las agarras en serio, luego caes. Entre más alto, más el costalazo cuando te caes".

Aquí el capítulo del programa televisivo "La historia detrás del mito" donde el mismo Piña los avatares de su vida personal y artística.