Un dramático caso conmueve a la ciudad de Bariloche, en la provincia de Río Negro.

Un adolescente de 18 años murió diez días después de ser denunciado y escrachado en redes sociales por un caso que, según lo admitió la misma persona que lo había acusado, no ocurrió.

La historia comenzó el pasado 13 de diciembre, cuando un grupo de jóvenes se reunió en el centro de Bariloche para expresar apoyo a las víctimas de abuso y denunciar públicamente a presuntos acosadores y abusadores de la ciudad.

En ese momento, una de las oradoras señaló a Agustín Muñoz, con quien mantenía un vínculo de amistad, como autor de abuso en su contra.

Sorprendido y abochornado, Muñoz comenzó a vivir un proceso depresivo que preocupó a sus familiares.

Aunque la propia denunciante admitiera luego que el hecho referido no había existido, "adjudicándolo a un momento de bronca y enojo", la acusación se hizo viral en redes sociales.

De nada bastó el pedido de disculpas de la joven en su cuenta de Instagram ni los intentos de explicación a la madre de Agustín: diez días después de la exposición pública el joven perdió la vida.

Mensaje

Durante el fin de semana, los padres de Agustín transmitieron un mensaje a través de las redes sociales.

Entre otros aspectos, pidieron que cese el hostigamiento contra la joven que habría inventado la historia. Enfatizaron que su propio hijo ya la había perdonado.

Al mismo tiempo, apuntaron a la necesidad de evitar los denominados escraches contra jóvenes a quienes ni siquiera se brinda la presunción de inocencia.

"Pido, sin echarnos en contra de la lucha leal y firme de tantas víctimas de abuso, de falta de justicia, que se tome conciencia de que estamos jugando con algo muy delicado. Estamos exponiendo y juzgando a los jóvenes, cuando nosotros somos responsables como adultos de la sociedad que construimos", dijo la mujer.

"No veo contención real para las víctimas. Se los invita a contar su historia para que puedan buscar justicia o encontrarla de una manera rápida. Se les pide que tengan el coraje de enfrentarse y hablar, pero después la realidad queda tirada en la plaza", añadió.