Alberto Fernández cerró su gira por Europa con una entrevista con el primer ministro de Portugal Antonio Costa.

El encuentro en Palacio de Sao Bento, en la ciudad de Lisboa, cobra relevancia por la historia reciente del pueblo lusitano. Una crisis económica que lo llevó bajo el ala de la Troika, un programa de ajuste fiscal con reforma laboral y aumento de impuestos, a lo que le siguió la llegada al poder de un gobierno de coalición que estabilizó la economía, disminuyó la pobreza e impulsó el crecimiento. Esa vorágine atravesó Portugal entre 2011 y 2019.

En una entrevista que se extendió una hora el candidato del Frente de Todos tuvo la oportunidad de conocer de primera mano "el milagro portugués".

“Al igual que me ocurre con España, siento que el gobierno de Portugal es ideológicamente parecido a mí”, había dicho Fernández al diario La Nación, antes de su viaje.

La salida de la crisis portuguesa tuvo entre los actores uno conocido en Argentina: el Fondo Monetario Internacional. Entre 2011 y 2015 el gobierno conservador, que encabezó Pedro Passos-Coelho, aplicó el plan de ajuste que recomendaron la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI.

Tras cuatro años de ajuste el partido socialista de Costa llegó al poder, sobre un acuerdo parlamentario que incluyó al Bloco de Esquerda y el Partido Comunista, renegoció el pago del crédito de 26.300 millones y logró reducir el déficit, bajar el desempleo y lograr un crecimiento económico que llamó la atención de la comunidad europea.

Una de las diferencias de situaciones que hay entre Argentina y Portugal es que este último tiene detrás al euro que le posibilita no tener inflación.

"Con la deuda haremos lo que siempre hicimos, cumplir y honrar las deudas que se han tomado. Pero no me pidan que lo hagamos en contra de más deterioro de nuestra gente, y postergando más a los argentinos”, expresó Fernández en su paso previo por España.