Desde la mañana del miércoles, se respira en la ciudad de Buenos Aires un ambiente diferente. La lluvia y la nostalgia características de la ciudad cosmopolita se vio invadida por el calor de lo popular, por el federalismo que moviliza el Frente de Todos (FdT), o para ser más precisos, el kirchnerismo.

Convocados por la líder política más relevante y cuestionada del momento, este jueves cerca de medio millón de militantes se movilizaron bajo la lluvia para escuchar su discurso, para acordar líneas a seguir que permitan que este proyecto político siga teniendo vigencia y se posicione en las próximas elecciones.

Desde anoche la plaza comenzó a poblarse, colgando carteles de apoyo de diferentes sindicatos, recibiendo a aquellos y aquellas que no podían más con su ansiedad.

Durante la mañana el número de personas se incrementó y de a poco comenzó a llenarse la emblemática plaza, al calor de las parrillas y el aroma a choripán.

Dos horas antes de iniciarse el acto, alrededor de las 14, comenzó a llover torrencialmente pero esto no detuvo a los presentes. 

El himno nacional dio apertura al acto, momento muy emotivo en el que muchos de los concurrentes dejaban caer sus lágrimas o soltaban su más intensa sonrisa.

Cristina Fernández fue puntual y no muy extensa, aunque no hubo definiciones claras respecto al candidato a apoyar, manifestó la necesidad de la militancia en todos los ámbitos, el valor de lo colectivo para dar continuidad a un proyecto de país que describió con hechos políticos concretos llevados adelante por ella y su compañero de vida a lo largo de estos 20 años: políticas de derechos humanos, reivindicación de la Patria Grande, cuestionamientos al Poder Judicial, la imperiosa necesidad de políticas económicas que regulen la distribución de la riqueza provocando que el crecimiento económico impacte en la vida cotidiana de todos y todas para que cada argentino y argentina viva mejor.

Llamó a ser Malasia o Corea y no Potosí, “no volvamos a tener el pensamiento de colonia”, aseguró al referirse a la explotación y regulación del litio.

Sin dar definiciones respecto a su aval para algún candidato de cara a las próximas elecciones, interpeló a los militantes a hacer surgir nuevos dirigentes.

La plaza a coro imploró y reivindicó ese contrato de confianza que el pueblo tiene con Cristina, explicitando el deseo de que ella sea la candidata. “Una más y no jodemos, más” y “Cristina Presidenta” fueron los cánticos más recurrentes que interrumpieron su alocución en varias ocasiones. La respuesta a esto fue el pedido de la vicepresidenta de asumir entre todos, la responsabilidad de sostener el proyecto más allá de los personalismos.

En un escenario colmado de dirigentes, de Madres y Abuelas, muy cerca de ella, Axel Kicillof, su hijo Máximo, Alicia Kirchner y sus nietos. Del otro lado, el ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro - a quien se lo vio muy emocionado-  y el ministro de Economía Sergio Massa.