El 1 de junio de 1978 el gobierno de facto de Jorge Rafael Videla decretó asueto en el país. Fue el día de la inauguración del único Mundial de Fútbol que se disputó en Argentina.

El estadio de River fue escenario de un acto que se extendió durante una hora, entre desfile de delegaciones y entre marchas militares.

La Copa de “El gauchito Mundialito” y la pelota Tango de Adidas cumple 45 años de su inicio.

Alrededor de 70 mil personas fueron parte del evento, que tuvo su inicio con un núcleo de cañonazos y una suelta de globos.

Después de interpretaciones cronométricamente controladas de más de 1500 jóvenes y adolescentes, brindaron sus discursos el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Alfredo Cantilo, el titular de la FIFA, Joao Havelange y también Jorge Rafael Videla.

Estuvieron también los restantes componentes de la Junta Militar, Emilio Massera y Orlando Agosti, junto al cardenal porteño Juan Carlos Aramburu.

El discurso del dictador apuntó a que aquel era “un día de júbilo” y bregó por “la confrontación en el campo deportivo y la amistad” afuera. Inclusive celebró “la diversidad” y pidió, fuertemente, que el evento sirva “para construir la paz”.

Aquel día sólo jugó el campeón vigente de la época, Alemania Federal, que debutó con un empate sin goles ante Polonia.

El resto, lo deportivo, se conoce: hubo seis escenarios (el de Córdoba, por caso, creado exclusivamente para el evento) y el equipo de César Luis Menotti se coronó campeón. Pero, formalmente, todo comenzó en el inicio de aquel junio.