La gran cantidad de mosquitos que aparecieron este verano debido a la humedad de la estación tiene a muchos a los saltos. Esto generó un consumo altísimo de repelente, con lo que el producto escasea y se convirtió en un lujo por el precio.

Ante este panorama, un árbol nativo se presenta como una excelente alternativa natural y al alcance de la mano para espantar a estos insectos que, además, transmiten enfermedades como el dengue, el zika o el chikungunya, entre otras.

Se trata del aguaribay, un árbol nativo del norte y centro de la Argentina, que crece de forma silvestre desde Córdoba hasta Jujuy, pero que puede encontrarse también con facilidad en veredas y parques de pueblos y ciudades.

El Schinus areira, conocido también como molle o pimentero, puede alcanzar los ocho metros de altura y se caracteriza por sus pequeñas hojas alargadas y sus frutos rojizos, que pueden utilizarse como pimienta.

El aguaribay fue considerado como un árbol sagrado en la cultura inca y aún hoy en día es apreciado por la enorme multiplicidad de usos que brinda, tanto con sus hojas, como su cortezas y sus frutos: por ello, era plantado a lo largo de los caminos del imperio del Altiplano.

Esta especie puede utilizarse para realizar un brebaje para el sistema urinario, para curar llagas y eliminar la sarna.

Sin embargo, uno de sus beneficios más conocidos es el de ser un repelente natural de mosquitos, razón por la cual su sombra era (y es) utilizada como lugar para descansar.

Cómo utilizar el aguaribay para ahuyentar los mosquitos

Para lograr el efecto “repelente” y alejar los molestos mosquitos, deben tomarse algunas hojas de aguaribay y frotárselas por la piel.

También se puede preparar un líquido, luego de macerarlas con alcohol y aplicarlo con un rociador.

Esta especie de árbol autóctono posee una serie de aceites esenciales y alcaloides, como el terpineol y el felandreno, que son repelentes naturales de mosquitos, incluido el Aedes Aegypti, vector del dengue entre otras enferemedades.

Fuente: Noticias Argentinas