Aprovechando su cercanía personal, Jorge Lanata invitó a su programa radial a Andrés Calamaro. Y las particularidades que definen su actualidad convergieron en una rica charla multitemática.

El cantautor, que pasa parte de su vida en España, lleva unos meses en Argentina: "Se habló rabiosamente de los éxitos en el fútbol, después de un suceso policial como metaverso (por el caso Fernando Báez Sosa) y ahora fueron muy importantes las charlas en lo político, estamos en año electoral".

Asociado más a ideas de derecha, decidió definirse como "un desencantado, ni siquiera llego a ser excomunista, fui también progresista". Confirmó su apoyo a Juan Grobois (ya precandidato presidencial) pero "no me consta que lo vaya a votar".

Dijo ser, a su vez, un "no peronista" pero tampoco radical, y que "la política profesional no nos ha servido, somos una especie de ruina".

Con el dirigente del Frente Grande ya había mostrado públicamente algún encuentro días atrás. "Yo no puedo tomar partido, ojalá pueda convertirme en un Turco Asís", sentenció.

Se atrevió a identificarse dentro de "la clase media", aunque arrogando que "nos negamos a desaparecer, pero hacemos una cuadra y nos damos cuenta que no existimos". Calamaro dice celebrar, desde lo artístico, poder ir a un bar "sin tener que levantarme cada dos minutos a saludar gente", y valora "poder aunque sea leer a (Jorge) Fernández Díaz los domingos en La Nación".

Sin voto decidido, dice, tiene la intención de sufragar en nuestro país pero también en España: "Estoy atento". Durante la charla, hizo alguna que otra descripción familiar y su amplitud para las "tertulias", y no negó que "los artistas supimos renegar de los críticos, pero hacen falta", porque "el espectáculo desde su definición deja a la música en un lugar no muy importante".

Fue tajante al hablar de la pandemia de coronavirus, que postergó una gira iniciada en México y no dejó de recordar a su madre, que falleció en septiembre de 2021 a los cien años.

"No fue espléndido ni un momento dichoso cumplir 60 años (agosto de 2021). Estaba sufriendo problemas físicos, muy probablemente por la segunda dosis de la vacuna americana (Pfizer); murió mi madre y me encontré solo en mi suburbio, sin amor ni amigos, y nadie quería manejar 40 kilómetros para ir a verme", sentenció.