Gabriel Morón, doctor en Ciencias Químicas e investigador del CONICET, explicó que la vida útil de las vacunas no está determinada por la fecha inicial del vencimiento, ya que estas fueron puestas a modo estimativo y que es normal pensar en la posibilidad de extenderlas.

“Hechas las primeras vacunas se les fijó un periodo de validez, entendiendo que no hubo tiempo para probar cuánto tiempo realmente es el que uno puede guardar esas vacunas para mantener la efectividad”, indicó en diálogo con Pensavalle Informa por Radio Universidad

“Se ha comprobado que las vacunas todavía mantienen nivel de inmunidad sin provocar ningún daño a las personas, y por eso se ha extendido el periodo de validez”, aclaró el especialista.

Profundizando sobre esto, comentó que los organismos reguladores de medicamentos solicitaron a las empresas fabricantes de las dosis la posibilidad de estudiar lotes antiguos a fines de comprobar su efectividad. 

“Los primeros lotes pasaron por ensayos de calidad, que se hicieron acá en Argentina, en Estados Unidos y se brindaron las evidencias, por ello los organismos reguladores han autorizado su uso”, sostuvo. 

En este sentido, recordó que los períodos de validez para alimentos y medicamentos son estimados para contemplar un marco legal. De esta manera, los fabricantes pueden garantizar determinado grado de calidad y seguridad en un estancamiento legal de tiempo. 

"Esta situación se va a ir ajustando con el paso del tiempo, a medida que uno tenga vacunas mas viejas para ver si sirven todavía", agregó. 

Asimismo, dijo que es posible que a medida que pase el tiempo de vida útil las vacunas pierdan efectividad pero que no deberían representar ningún riesgo para la salud de las personas. "Lo más grave que puede pasar es que la persona se crea vacunada y protegida, y no sea ese el caso", añadió.