Nuestro país atraviesa un momento de alta tensión en la puja distributiva. Tanto es así es que esa cuestión está en el centro de las internas de la coalición de gobierno, con discusiones sobre la posibilidad de aumentar retenciones, establecer cupos de exportación u otro tipo de medidas. Norma Lanciotti, investigadora del Conicet, dijo en diálogo con Nada del Otro Mundo de FM 102.3 que "no podemos ver un momento de la historia argentina donde podamos decir que el Estado avanzó realmente contra el poder económico concentrado".

La historiadora hizo una salvedad con los conflictos con el campo pero aclaró que "el verdadero poder económico no es 'el campo' sino las grandes empresas concentradas y multinacionales extranjeras", más allá de que algunas de ellas se inscriban dentro del sector agropecuario.

Consultada respecto a si es posible lograr un acuerdo con los grandes poderes a través del diálogo -postura a la que parecen estar decididos Alberto Fernández y los suyos-, Lanciotti recordó que "concertación hubo en varias oportunidades pero no se vio que lleve a un modelo de distribución del ingreso más progresivo". Es más, la docente de economía puso como ejemplo el período del primer peronismo: "Hubo una mejora de distribución del ingreso que tuvo más que ver con un plan público. No hubo concertación sino conflicto".

El problema de la clase empresarial

Lanciotti admitió que "en otros países hay acuerdo entre empresariado y gobierno", pero que el problema se lee de manera incorrecta "si solo vemos la pata del Estado: hay que ver qué clase de empresariado existe en cada lugar". En ese sentido, se refirió al empresariado argentino, aclarando siempre que se refiere a las grandes empresas concentradas y no a pymes: "En Argentina es muy difícil que pase (NdR: se refiere a la concertación) por la estructura empresarial que hay desde hace siglos, que es muy diferente a la de otros países".

Con el foco puesto en este tema, la investigadora manifestó que "hay que pensar si el empresariado de cada país puede involucrarse con una política de desarrollo". Al caracterizar el caso de nuestro país, Lanciotti opinó que "es un gran empresariado fragmentado, muy aliado con intereses extranjeros desde su origen" y que eso dificulta responder afirmativamente a la pregunta de si se podrá lograr una mayor justicia distributiva convocándolos al diálogo.