Las condiciones de pago para el crédito que en 2018 el país solicitó al Fondo Monetario Internacional (FMI) siguen sufriendo modificaciones. Negociación que va y que viene, las últimas novedades que surgieron esta semana fue el desembolso de U$S 7.5000 millones para el país.

¿El contexto? Poder hacer frente a los mismos vencimientos del Stand-by proveniente de la gestión de Mauricio Macri.

Sin embargo, la visión del organismo sobre Argentina sigue teniendo condicionantes, ya que “la situación se ha tornado cada vez más complicada”. Su directora gerenta, Kristalina Georgieva, fue tajante en un comunicado al sostener que no será sencillo “alcanzar el déficit fiscal primario acordado de 1,9% del PBI este año”.

En esos términos planteó la necesidad de más “controles de gasto” y anunció algunas “medidas iniciales” tendientes a tal cuestión: “Actualizar las tarifas de la energía y contener los salarios públicos y las pensiones”.

A la primera cuestión de algún modo la anticipó la secretaria de Energía, Flavia Royón. Pero el congelamiento de sueldos está lejos de ser una promesa del gobierno central, y del mismo modo parece inviable detener el incremento de las jubilaciones, ajustado por fórmula.

Más allá de solicitar “proteger el gasto prioritario en programas sociales y en infraestructura”, se sabe que subsidio no es una buena palabra en tal negociación.

Georgieva no se olvidó de remarcar los incumplimientos en “metas clave” del programa acordado en el mes de junio y, más allá de señalar las imposibilidades de una sequía histórica, criticó “el desvío de políticas” en la gestión que comanda Sergio Massa.

VER: Para Massa, “este desembolso otorga un marco de estabilidad”

La economista búlgara sigue bregando por la reducción del déficit fiscal y también puntualizó que “se requerirán los esfuerzos de futuros gobiernos”, ya que, sostuvo, ”se acordó que en años posteriores se habrá de acelerar la consolidación fiscal".

Sobre el valor del dólar oficial, remarcó que "se calibrará con detenimiento” su evolución, continuando con la injerencia del FMI en la cuestión, después de la devaluación que siguió a las elecciones PASO.

A su juicio, el futuro a corto plazo impone “un nuevo conjunto de medidas para garantizar la estabilidad y apuntalar la viabilidad externa a mediano plazo”, que apuntarán a “reponer las reservas y mejorar el orden fiscal”.