Como cada 7 de agosto, el Día de San Cayetano, patrono del Trabajo, se celebra en todo el país y miles de fieles se acercan a las distintas iglesias a pedir por pan y trabajo. Tras dos años de restricciones por la pandemia, este año se volvió a la presencialidad y las parroquias que llevan su nombre, se llenan de devotos del santo.

En Córdoba, la parroquia de San Cayetano de barrio Altamira es el habitual epicentro de las personas que se acercan para agradecer y pedir por trabajo, aunque también está prevista para esta jornada la realización de un "Feriazo Popular" frente a la ex plaza Vélez Sarsfield a partir de las 14.

La Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep) organiza el evento en la esquina de Montevideo e Hipólito Yrigoyen, donde también habrá espectáculos musicales, con la premisa amplia de “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”.

Mientras tanto, miles de personas desfilaban en la fría madrugada de este domingo por la parroquia de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, que volvió a abrir sus puertas a la feligresía para celebrar al patrono del pan y el trabajo en un su día.

Desde las 0 del domingo los sacerdotes abrieron las puertas de hierro del templo de la calle Cuzco lo que dio inicio a la festividad católica que se realiza en simultáneo en varias parroquias de todo el país. La llamada Fiesta Grande lleva por lema este año "Gracias San Cayetano por acompañarnos, ayúdanos a cuidarnos como hermanos" y la misa central será presidida, a las 11, por el cardenal Mario Aurelio Poli.

Los devotos del santo realizaron la noche de este sábado más de cinco cuadras de fila en las veredas cercanas al santuario, donde se ubicaron con sillas plegables, ponchos y termos con mate o café, donde se congregaron grupos de familiares, de compañeros de trabajo o incluso de fieles que se conocen de participar en ediciones anteriores.

La imagen de San Cayetano, oriunda de Italia, arribó a la zona de Liniers en 1875 con las monjas del divino Salvador, que fundaron una capilla y un colegio dedicados al patrono de la Providencia, tras lo cual se construyó el templo en 1900 y fue consagrado parroquia en 1913.

La devoción por San Cayetano se hizo popular a partir de la crisis de 1930, cuando ante la desesperación de los sectores obreros, el párroco Domingo Falgioni organizó una pastoral que impulsó la veneración del santo, que comenzó a ser el del "pan y el trabajo".

Y, desde entonces, se hizo tradición en el país la concurrencia masiva de trabajadores locales y de países limítrofes cada 7 de agosto a pedir o agradecer por el trabajo y sus intenciones particulares.

Fuente: Télam