Se cumplen 25 años del asesinato de José Luis Cabezas, el crimen político y el mensaje mafioso más siniestro que se recuerde desde el regreso de la democracia.

 El fotógrafo de la revista Noticias fue asesinado de dos disparos y su cuerpo calcinado dentro del auto que utilizaban para cubrir la temporada en Pinamar.

Según la sentencia judicial, Cabezas fue asesinado por ser fotógrafo y el crimen fue ordenado por el empresario postal Alfredo Yabran, uno de los hombres más poderosos de la Argentina de fines del siglo 20. Pero a 25 años, ninguno de los nueve condenados de la banda está detenido. Entre los acusados, había policías.  

Un año antes de su asesinato, Cabezas había logrado fotografiar al enigmático empresario propietario de la empresa OCA, durante la cobertura de verano que realizaba junto al periodista Gabriel Michi para Noticias.

"Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente. Ni los servicios de inteligencia tienen una foto mía", era la frase que por entonces se le atribuía al dueño del emporio postal.

Desde entonces, sus familiares y amigos, sus compañeros de la revista Noticias y los colectivos que representan a periodistas y fotógrafos de Argentina pelean para mantener viva la memoria y reclamar contra la impunidad. 

En Córdoba el  Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba realizó un acto en la sede del Obispo Trejo. “El crimen de José Luis Cabezas se enmarca en una cadena de complicidades y constituye uno de los símbolos de lucha contra la impunidad y el rechazo a la barbarie”, dice el documento difundido. 

A 25 años del crimen, Michi el compañero de Cabezas, no duda sobre el efecto que causó aquella foto que Cabezas le tomó a Yabran. "Con su foto, José Luis logró ponerle rostro al personaje más oscuro y poderoso de los años '90. Con esa foto reveló muchos de los secretos que el poder no quería que salieran a la luz", señaló a Télam.

Y agrega: "Sin dudas, desde el punto de vista político, el crimen de Cabezas marcó un antes y un después. La reacción social que hubo fue el principio del final del menemismo, que protegió al autor intelectual del crimen, Yabrán, a quien no quiso soltarle la mano hasta último momento y trató de proteger de todas las maneras posibles".

La foto que convirtió en mártir a Cabezas fue tomada en un balneario de Pinamar
La foto que convirtió en mártir a Cabezas fue tomada en un balneario de Pinamar

Los condenados

Los otros condenados por el asesinato fueron el expolicía Aníbal Luna (condenado a prisión perpetua y en libertad condicional desde 2017); el exjefe de Seguridad de Yabrán, Gregorio Ríos (condenado a perpetua como instigador del hecho y en libertad condicional desde 2008); y el comisario Mario "La Liebre" Gómez (condenado por liberar la zona en la que ocurrió el crimen, recuperó la libertad en 2006 tras una decisión de la Cámara de Casación bonaerense).

Además fue sentenciado el policía Sergio Cammaratta, quien murió en el penal de Dolores en 2015, sindicado por la Justicia como responsable de haberle hecho "un seguimiento" a Cabezas cuando trabajaba en Pinamar en el verano de 1997.

De la banda "Los Horneros", reclutados por Prellezo, fueron desvinculados de la causa José Luis Auge (que recibió condena en el juicio que se hizo en 2004 pero quedó en libertad cuatro años más tarde); y Sergio Gustavo González (sentenciado a prisión perpetua recibió una reducción de la condena y salió de la cárcel en 2006, aunque tiene una causa por drogas radicada en los tribunales de CABA).

Cabezas fue asesinado el 25 de enero de 1997. Su cuerpo carbonizado, esposado y con dos balazos en la cabeza fue hallado dentro del Ford Fiesta que le había alquilado la editorial para la que trabajaba, en el fondo de una excavación vial en un camino vecinal de General Madariaga. Hasta allí lo llevaron los sicarios que durante diez días lo siguieron por Pinamar. Lo secuestraron cuando salía de la fiesta de cumpleaños de un empresario postal y el policía les pagó US$4000 para que lo mataran en cumplimiento de la orden de Yabrán.

Cuatro días después del crimen,  el ministro de Economía, Domingo Cavallo, iba a presentar un nuevo informe en el Congreso de la Nación sobre la supuesta mafia enquistada en el Gobierno por las empresas adjudicadas a Yabrán.