Frente a los problemas estructurales de la sociedad Argentina a lo largo de las últimas décadas, nos debemos mucho diálogo y reflexión. La Democracia reconstruida después de la última Dictadura tuvo muchos logros pero  la recuperación de la ética aun no se ha logrado. Hay un deterioro corrosivo que dificulta visualizar con claridad lo que está bien y lo que está mal. 

El Estado moderno nació a partir de la delegación del uso de la fuerza por parte de los Ciudadanos.  El Estado debe actuar dirigiendo conflictos, ordenando y cuidando el bien social. La Sociedad cuenta con las normas que necesita para funcionar bien pero muchas veces no se aplican o los jueces no las imponen. Eso crea caos.

Los cambios estratégicos llevan tiempo en su construcción. En el proceso los gobernantes deben actuar con el ejemplo. La Sociedad es como el cuerpo, cuando falla la cabeza los órganos se desorganiza y colapsan. Lo mismo ocurre socialmente. No son las leyes solamente, ni los contenidos educativos, ni son las ambiciones de los políticos, lo que verdaderamente falla es el Sistema de Arbitraje Social.

En mi opinión hay tres aspectos que la Sociedad tendría que poner en debate de manera urgente. Primero el rol de los Gobernantes en los tres poderes del Estado y el tremendo vacío de ideologías que hay en los Partidos políticos. Segundo, repensar la Educación Argentina como madre de todos los cambios de fondo. En tercer lugar, y aquí lo más importante, enfocarse en el funcionamiento de los Árbitros de la Sociedad, porque es allí donde radica la falla principal.

Fallan los Árbitros y falla el sistema de Arbitraje. Todos somos árbitros en algún ámbito. Los padres son árbitros cuando dirimen cuestiones familiares; los Maestros son árbitros en la interacción con sus alumnos; el Director es árbitro cuando gestiona el presupuesto y administra; el Juez es árbitro cuando juzga; el cura y el pastor también son árbitros con sus feligreses; el Funcionario publico cuando administrar y sirve; etc. Los ejemplos se extienden a todos los ámbitos y niveles de la Sociedad. Es es éstos nodos del Arbitraje donde hay que poner el foco para mejorar como Sociedad. 

Desde el Presidente hasta el último actor social debieran enfocarse en la cuestión del Arbitraje. Algunas ideas que puedo aportar son éstas, pero es sólo un mínimo de una larguísima lista que tendríamos que hacer entre todos y todas. Escuelas para padres; invertir mas recursos en mejorar los Institutos de Formación Docente; crear Escuelas de Dirigentes de Estado para que quienes aspiren a ocupar cargos públicos tengan aptitudes de gobierno y administración., etc. Capacitar a los Árbitros será la mejor inversión porque permitirá recuperar aquella ideología moral básica de nuestros mayores, la decencia. Porque la decencia permite distinguir entre el bien y el mal y así la raya que los separa volverá a ser fina y clara, no como esta grieta ancha y difusa que es en la actualidad.

La importancia de los árbitros por Álvaro Ruiz Moreno