Su discurso sonó mucho menos rupturista en la interna del Frente de Todos. De hecho adujo que “no hay derecho a que alguien esté enojado y no quiera dispuesto a ayudar a construir una nueva opción política”. 

Un día después de que el presidente Alberto Fernández anunciara que no irá por la reelección, Máximo Kirchner sentenció hoy, en el Plenario de la Militancia justicialista en Ciudad de Buenos Aires: “Entre 2016 y 2019 resistimos al macrismo y pusimos todo para que el Frente de Todos se pudiera constituir. Fuimos a buscar a cada dirigente más allá de las actitudes que habían tenido muchos. Hacía falta una opción superadora a un gobierno de esa calaña”.

Por eso, en su alocución en el escenario armado en Ferro Carril Oeste, pidió que “si hubo errores estos tres años, hay que reconocerlos”, pero “será difícil si cada sector todo el día está queriendo poner en duda su aporte por un lugar más o menos en las listas. Hay que armar un programa para mejorar la calidad de vida de la gente y evitar dolores de cabeza después”.

Con claridad, la decisión del mandatario hizo que el actual diputado nacional cambiara el discurso, Sin embargo, pidió en medio de la crisis actual, por “paritaria, suma fija o doble aguinaldo”, y “empezar en poner los recursos en nuestra gente y no en los empresarios”.

CFK, el candidato y el dedo

En el aire, el pedido intenso fue por la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner. Se vio en pancartas y carteles, además del apoyo formal en el nombre que llevaba el llamado: ‘La ciudad con Cristina’.

En ese camino, negó que haya “un dedo” para definir los postulantes del espacio. Indicó que “la birome estuvo siempre en manos de la militancia”, pero que “hoy tenemos que evitar que el Poder Judicial le quite esa birome”.

Agregó que “maldigo el día en que Cristina no fue escuchada, porque esta gestión se acercaba mucho a los empresarios”. Y sobre su alejamiento de la presidencia del bloque de Diputados del Frente, remarcó que ”queríamos que a nuestro Gobierno le fuera menor, no eran posicionamientos de poder. Con las críticas que tenemos, reconozco que fue mucho mejor para la Argentina que en la pandemia estuviera Alberto (Fernández) que Mauricio Macri. No juego a la política, queremos que a nuestra Patria le vaya bien".

En su cierre, adelantó: "Les pido que este 27 de abril se acerquen al Teatro Argentino de La Plata a acompañar a Cristina… den el presente, sean felices, peleen, generen, crean. Denlo todo porque quienes estamos acá también lo damos todo”.

Contra los empresarios

Se encargó, a su vez, de dar a conocer varios entramados de dirigentes macristas y su cercanía a diferentes propietarios de firmas influyentes. 

“Muchas empresas recibieron los ATP durante la pandemia para evitar que despidan gente y ahora nos dicen desde el Llao Llao que tienen las soluciones. Hoy azuzan los precios y quieren quebrar la voluntad de un pueblo. No podemos dejar que nos sigamos llevando por delante… y si la dirigencia no se anima, seremos los militantes”, señaló.

Los gritos de “Cristina Presidenta” o “El que no salta, es de Clarín” estuvieron a la orden del día. Por eso Máximo recordó el contexto del atentado contra su madre y se lamentó al leer los miles de millones de dólares de vencimientos que Argentina debe cumplir con el Fondo Monetario Internacional (FMI): “Lamentablemente, esto también es el futuro”.

En ese camino, contó una anécdota sobre una charla que mantuvo con el exministro de Economía Martín Guzmán, mientras se negociaba el acuerdo con el organismo: "Él me decía que (Krystalina) Giorgeva (presidenta del FMI) es una mujer que sufrió mucho en su infancia en Bulgaria. Tiene empatía con lo que le pasa a los pueblos. Por eso le pido hoy que si Guzmán no me mintió, que no tenga la perversidad de aplicarle a 40 millones de argentinos lo que ella sufrió. Este es un pueblo de trabajo y paz, que dio talentos a todo el mundo. Ninguna nación del mundo merece este trato de parte del FMI”.

Durante el discurso pidió también “a nuestra clase media” que se aleje “de esos medios de comunicación que la llenan de miedo” y que “se acerque más a los vecinos, a ver qué les pasa”.