En el marco de la decisión del Gobierno Nacional de impulsar un congelamiento de precios de más de mil productos de la canasta por 90 días para poner freno al proceso inflacionario, en el que los aumentos de precios en alimentos, bebidas y productos de limpieza tienen una gran incidencia, el titular del Sindicato de la Alimentación, Héctor Morcillo expresó que "todo lo que se pueda hacer para controlar los precios, bienvenido sea".

El dirigente agregó que lo ideal sería que "todos los que intervienen en el proceso" de la formación de precios, cumplan con lo que se acuerde. En ese sentido, Morcillo se refirió a "materia prima, producción, distribución, comercialización, los mayoristas y las grandes cadenas" de supermercados.

En diálogo con el programa "Pensavalle Informa" por radio Universidad, aseguró que en los diálogos en las mesas sectoriales con los representantes de los formadores de precios, "nadie se hace cargo de los aumentos", cuando el rubro alimentos y bebidas es el que más impacto tiene en la formación de la canasta.

En esa línea, el dirigente gremial remarcó que "quedó demostrado que los salarios no tienen nada que ver con los aumentos de precios" como esgrimen los empresarios, ya que "perdieron entre 20 y 35 por ciento de su capacidad de compra". 

Más adelante, expresó que la discusión debe estar centrada en que "los formadores de precios no son muchos y están muy concentrados", ya que en el rubro alimentos y bebidas "20 empresas poseen el 74% de la producción y facturación" de lo que el consumidor compra en góndola.

Morcillo sostuvo que el sector empresario tiene que tomar "una decisión estratégica" que es si va a "apostar" a obtener ganancias produciendo y vendiendo mayores volúmenes o "hacerlo vía aumentos de precios como han hecho en los últimos años" y agregó que las empresas tienen espalda para apostar por mayor producción y evitar los incrementos. "Las fábricas tienen mucha capacidad ociosa con la que pueden producir más, aún cuando se han recuperado los niveles pre pandemia", concluyó.

Más adelante, abogó por una salida acordada entre el Gobierno y el sector empresario en el que cumplan lo acordado en materia de precios, aunque si eso no sucede dijo que "deberá haber un control muy estricto del Estado" para garantizarlo.

Finalmente remarcó que "siempre el diálogo es bueno" pero en el futuro habrá que "tener cuidado que esos procesos no vayan en dirección de bajar salarios o flexibilizar el mercado laboral, sino en la dirección de generar trabajo digno y bien remunerado en un mercado laboral que aún tiene capacidad ociosa a nivel del sector industrial".