Murió el escritor y periodista Marcos Mayer, a los 67 años. Mayer deja una gran obra ensayística y libros como  “La tecla populista”, “El relato macrista” y “Artistas criminales”.

Nacido en Buenos Aires el 9 de noviembre 1953, Marcos Mayer no llegó a cumplir los 68 años. El autor de una amplia obra de libros, revistas y ensayos, falleció el miércoles 27 de octubre y a su velatorio asistieron diferentes intelectuales, docentes, periodistas, escritores y compañeros de ruta.

El periodista publicó artículos que aparecieron en medios gráficos como El Porteño, Revista Ñ, Clarín, Debate. Fue editor de cultura y espectáculos en Tres Puntos y hasta el momento de su muerte se desempeñaba como editor de la Revista Socompa, en la que hacían “periodismo de frontera”, como solía decir.

Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires, donde fue también docente. Desarrolló durante tres años un periódico con los internos del penal de Devoto. También, tradujo a escritores como James Joyce, Claude Lévi-Strauss, Balzac y Jane Austen. Dirigió la colección Postales de Paidós y Polémicas de Galerna. Además, editó los libros: Historias del Under de Fernando Noy, Vivir afuera de Fogwill y Vagabundas de Fernanda García Lao, entre otros. 

“Es una pérdida jodida. En una cultura tan vapuleada como la nuestra, un tipo como él que era inteligente, cultísimo, sensible, de un gran humor y un buen tipo, ¡caray!, es una mezcla demasiado fuerte”, expresa el escritor e investigador Pablo Alabarces.

Con Marcos nos conocíamos desde hace cuarenta años porque fuimos compañeros en la carrera de Letras, en Filosofía y Letras, en los últimos años de la dictadura y el comienzo de la democracia. Hicimos algunos cosas juntos; me acuerdo muy puntualmente del primer curso que dio Beatriz Sarlo, Literatura Argentina II, en 1984, el primer año del regreso democrático. En ese momento teníamos también una relación política: los dos fuimos delegados de la carrera”, recuerda. 

El escritor cuenta que luego, se distanciaron por un tiempo: “Es bastante divertido cómo nos volvimos a encontrar: en La tecla populista, que es un muy buen libro, de los mejores libros de Marcos, hacía un comentario bastante crítico de algo que yo había dicho por ahí y entonces aproveché mi columna en Crítica para maltratar ese comentario aunque elogiaba el libro, una cosa ridícula. Y un amiga en común nos volvió a juntar haciendo de cuenta que era un accidente. Nos miramos y nos cagamos de risa. Eso era Marcos: un tipo de un humor, de una ironía, de un doble sentido, de una cultura espectacular. Marcos era un tipo cultísimo”.

“Nos encontramos profesionalmente dos veces más. Cuando él fue el editor de Héroes, manos y patriotas, el libro que publiqué con Aguilar en 2014, y luego en Socompa, nos juntó Eduardo Blaustein y estuvimos entre los fundadores. En un momento yo aflojé un poco el ritmo mientras que Marcos siguió siendo un puntal hasta el último día”, concluye Alabarces.

Marcos Mayer se definía como “un lector empedernido de policiales” y oyente de “cosas de otras eras” como Jethro Tull, Crimson, Mingus y Ellington. Decía de sí mismo que “de vez en cuando se asoma a algo nuevo, lo disfruta un rato y vuelve a los viejos tiempos”.



(Fuente Infobae)