El Banco Central de la República Argentina (BCRA) decidió mantener las tasas de interés en el 75% anual por segundo mes consecutivo, en el marco de un leve descenso del índice inflacionario. Al igual que lo que sucede en muchos países del mundo, la entidad monetaria usó la tasa de interés como una herramienta más para contener los niveles inflacionarios. 

En el actual nivel, esa tasa de interés anual, representa un 6,25% mensual, que es lo que se paga por un plazo fijo tradicional regulado por el BCRA en las distintas entidades bancarias. Es decir que si una persona coloca $100 mil en un plazo fijo de esa modalidad, recibe a fin de mes $6250 de intereses.

Por otra parte, esa política de subir las tasas cuando crece la inflación, es también una exigencia del FMI en el marco del acuerdo por la refinanciación del crédito por $44 mil millones de dólares tomado por el gobierno de Mauricio Macri en 2018. El Fondo pide, entre otras cosas, una tasa real positiva cuando se agudiza el proceso inflacionario.

Pero esa decisión, si bien significa una ayuda para que el ahorrista pueda cubrirse de la pérdida del poder adquisitivo del dinero, también impacta en el escenario productivo, teniendo en cuenta que la suba de tasas aplica también a los distintos créditos que se toman, haciéndolos más caros, tanto los de consumo como los de inversión.

En total, el BCRA aplicó tres subas de tasas de interés desde se aceleró la inflación en julio: 800 puntos en julio, para pasar de 52 a 60% anual; otra de 950 puntos en agosto; y la última de 750 puntos en septiembre para llegar al 75% anual.

La política económica del Gobierno en los últimos cinco meses para frenar la inercia en los precios tuvo una pata fiscal (con caída del gasto real), otra monetaria (nulo financiamiento monetario directo para asistir al Tesoro y suba de tasas) y otra de administración de las reservas y acuerdos de precios sectoriales, a cambio de mayor certeza al momento de importar insumos.

Desde entonces, se logró encauzar el programa acordado con el FMI y mejorar el manejo de la deuda en pesos, de la que se renovaron todos sus vencimientos en 2022 y se obtuvo financiamiento extra para cumplir con la meta del 2,5% del PBI de déficit primario para este año.