Una mujer pudo continuar con su tratamiento de fertilidad asistida pese a separarse de su pareja después de 14 años juntos y a la resistencia de la clínica.

El Diario La Capital informó que el El juez Gustavo Antelo, del Tribunal Colegiado de Familia N° 4 de Rosario, aceptó el planteo para transformar al hombre en un "donante anónimo" y transferirle a ella los embriones que tenían criopreservados.

La expareja expresó que habían acordado continuar de esta forma porque la mujer mantenía el deseo de ser madre mientras que él ya no tenía la intención de convertirse en padre.

Ambos debieron recurrir a la justicia debido a que la clínica se negó a transferir los embriones al argumentar que se violaba el convenio previo.

“El acuerdo al que llegaron los coactores no puede ser desatendido y deberá ser objeto de nuevos contratos a realizar por la demandada, ya que se encuentran en juego Derechos humanos fundamentales que se proyectan en toda clase de relación sin que el Estado, y mucho menos un particular, puedan realizar intervenciones que impliquen un obstáculo a su ejercicio”, manifestó Antelo en el fallo.

El magistrado también destacó "el derecho de ella de formar una familia monoparental, deseo y derecho que cuenta con el más amplio amparo constitucional" y la "particular colaboración" de su expareja quien "desea colaborar de manera interesada con su aporte genético”.