Este miércoles, en la Cámara 9º del Crimen y con jurados populares inicia el juicio por el homicidio de Azul Montoro.

Por el hecho, se encuentra imputado Fabián Casiva, acusado de propinarle a Azul 18 puñaladas mortales el 17 de octubre de 2017 en un departamento cercano al Mercado Norte.

Este juicio es inédito ya que es la primera vez que se acusa a un hombre de femicidio (homicidio calificado por mediar violencia de género) por el homicidio de una mujer trans.

Tanto el fiscal de instrucción Guillermo González como el fiscal de la Cámara Gustavo Arocena respaldaron el pedido

"En la Argentina hay discusiones en el ámbito doctrinario respecto de si para los colectivos trans es aplicable la figura", expresó Arocena.

Para la primera jornada del proceso, se prevé la lectura de la acusación y la declaración de los dos primeros testigos.

Azul Montoro tenía 23 años cuando fue brutalmente asesinada de 18 puñaladas en un departamento de la calle Rincón, cercano a la zona roja del Mercado norte. El hecho ocurrió el 17 de octubre de 2017.

Ella era mujer trans y trabajadora sexual. Fabián Casiva, el único imputado, era un cliente.

Tras su detención, Casiva alegó su inimputabilidad por razones psiquiátricas. Una primera pericia le había dado la razón. Sin embargo, una segunda pericia ordenada por fiscal González determinó que era imputable.

Además, Casiva ya poseía denuncias de violencia de género contra su madre y hermana.

Desde que el transfemicidio tomó público conocimiento, diferentes organizaciones trans y LGTBIQ+ reclamaron para que se haga justicia.

"Azul, como la gran mayoría de las mujeres trans en nuestro país, ejercía el trabajo sexual para sobrevivir, debido a la discriminación laboral estructural que padece este grupo social y que les impide acceder a un trabajo formal", expresaron  La Asociación Civil Devenir Diverse, la Convocatoria Federal Travesti y Trans de Argentina, la Agrupación Nacional Putos Peronistas, el Centro Socio-Cultural Laura Moyano y la Liga LGBTIQ+ de las Provincia.

Desde la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de la Argentina (ATTTA) expresaron que la expectativa de vida de personas trans es de 35 años, producto de la situación económica, social y sanitarias en que viven.

El pasado 25 de julio se realizó una marcha contra los travesticidios y transfemicidios en memoria de Azul Montoro.

“Las personas trans necesitamos derechos, sí o sí. Lamentablemente cada vez hay más muertes; no solamente en la provicia si no también en el país. Necesitamos que el Estado se haga cargo", planteó Kitty Quispe, subdirectora de Políticas de Género de la Municipalidad.