Este jueves, cuando el equipo de varones de fútbol de Irán juegue ante Camboya en el marco de la eliminatoria rumbo al Mundial de Qatar, habrá un lugar separado, reservado sólo para mujeres.

Con amenazas mediante, la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) había amenazado con suspender de la competencia al equipo que representa a la República Islámica por una restricción que data de hace alrededor de cuatro décadas.

El argumento central pasaba por “proteger” a las mujeres de una “atmósfera masculina”, que puede incluir ver a hombres semidesnudos.

Los masivos reclamos femeninos para poder ingresar “sin restricciones” se fue multiplicando, hasta llegar a la intervención del ente mundial.

El antecedente, con trascendencia ecuménica, de la muerte de Sahar Kodayahri, de 29 años, quien perdió la vida tras prenderse fuego ante la prohibición de concurrir a un partido, visibilizó aún más la temática.

Las crónicas revelan que las mujeres se apresuraron a conseguir tickets para el juego, que se disputará en el Estadio Azadi de Teherán.

Entre los escasos antecedentes que se sucedieron después de ‘la revolución islámica’ de 1979, sólo 20 mujeres irlandesas concurrieron a un partido de eliminatoria en 2001, otras 12 unos años después y otro grupo "cuidadosamente seleccionado" ingresó a ver Irán-Bolivia en octubre de 2018.