Rocío Correa, jugadora de San Lorenzo y de la selección argentina, recibió golpes y balazos de goma de parte de la Policía cuando participaba del cortejo fúnebre de su hermano, Sergio, quien falleció el pasado miércoles en un accidente vial.

El episodio se produjo en San Miguel de Tucumán, en la intersección de las calles Independencia y Lincoln, cuando la familia Correa acompañaba el traslado al cementerio de los restos de Sergio, de 17 años, que murió tras ser atropellado por un camión cuando circulaba a caballo por la autopista Tucumán-Famaillá.

“El auto se paró porque se quedó sin nafta. Venía un acompañamiento muy grande y se juntaron muchos policías que se arrimaron de manera muy violenta”, dijo la madre del joven fallecido en las puertas de los Tribunales provinciales, a donde concurrió junto a su marido y su hija, Rocío, para realizar la denuncia por lo ocurrido.

Rocío aseguró haber recibido disparos de balas de goma y planteó: “Esto va más allá del dolor. Queríamos que se pusieran en nuestro lugar porque íbamos a enterrar a mi hermano”.

“Nosotros no hicimos ningún disparo, todos los hicieron ellos”, denunció Sergio, ante las versiones de que podría haberse tratado de un tiroteo cruzado, iniciado desde la familia del joven fallecido. “A mucha gente le han pegado, mirá si le cortaba la carrera…”, recalcó en alusión a su hija.

Desde la familia Correa ahora temen algún tipo de represalia de parte de las fuerzas de seguridad. “Ahora tengo miedo, no sé qué puede pasar”, advirtió la madre de Rocío.

Balearon a una jugadora de la selección argentina de fútbol