En la noche de este miércoles, Boca cerró su gira por Estados Unidos, con una caída 1-0 ante el Xolos de Tijuana.

Pensando en su choque de Copa Libertadores dentro de dos semanas, cuando visite al Atlético Paranaense, el juego tuvo lugar en un césped artificial, similar al que utilizan los brasileños, y que fue regado con cualidades similares a las que se jugó el choque entre ambos en fase de grupos.

Más allá de la preocupación por la derrota, el entrenador Gustavo Alfaro mostró su preocupación por las lesiones.

Es que, antes de empezar el partido, se bajaron por molestias previas el zaguero Lisandro López y el atacante Darío Benedetto.

En la zaga el problema es mayor: Paolo Goltz también salió con una molestia, y Carlos Izquierdos, por suspensión, no puede jugar el primer partido de la Copa, en Brasil.