El Ministerio Público exige a la minera Vale que pague no menos de un millón de dólares a cada familia afectada en la reciente tragedia de Brumadinho, en dónde fallecieron 214 personas y otras 91 siguen desaparecidas. No hay repercusiones. Nadie parece darle significado.

La reforma previsional sigue empantanada en el Congreso, en una muestra brutal que previsiblemente terminará con mayores recortes a los jubilados brasileros. No hay movilización alguna.

Sordos ruidos oír se dejan, en cambio, cuando el ex capitán de paracaidistas Jair Bolsonaro (hoy presidente) decide pedirle al Ministerio de Defensa que realice “las conmemoraciones adecuadas en relación al 31 de marzo de 1964” el equivalente a nuestro 24 de marzo.

Se cumplen 55 años el próximo domingo de una dictadura que duró 21 años y en la que se han documentado oficialmente 434 muertos o desaparecidos.

Ante el revuelo, el ministro de Defensa, general Fernando Azevedo e Silva, afirmó que el término “conmemoración” no es correcto, a pesar del uso de la expresión en las instrucciones que fueron trasladadas a los cuarteles de todo el país, indicando que se incluya en el orden del día.

La relativización no alcanza para disimular el hecho cierto: Bolsonaro impulsa abiertamente un revisionismo histórico sobre lo ocurrido en 1964-1985.

“La fecha ha sido incluida en el orden del día de las FFFAA y cada comandante decidirá cómo se debe hacer. Es retomar la narrativa verdadera de nuestra historia. Orgullo brasileño” expresó en Twitter una de las líderes del partido de Bolsonaro en la Cámara de Diputados, Joice Hasselman.

El mejor resumen de los fundamentos revisionistas lo proporciona el vicepresidente Hamilton Mourão, general retirado en 2018: "Los grupos marxistas y leninistas de Brasil decían que se estaban enfrentando a la dictadura, pero en verdad estaban luchando para imponer otra dictadura, la del sistema comunista. Fue una guerra muy pequeña para un país de 90 millones de habitantes [en la época]. De los dos lados, sumando, murieron poco más de 400 personas. Hoy, matan a 60.000 en Brasil al año y nadie habla de ello". Los dos demonios, versión brasilera.

Dos paradojas en este nuevo episodio de la radicalización derechista en Brasil. Por un lado el poblado grupo de ministros militares (suman 8 entre los 22 ministerios) son quienes instan a bajar el tono a la conmemoración. Ellos comprenden que la prioridad es aprobar la reforma de las jubilaciones.

La otra: ayer, 55 años después, un juzgado establece oficialmente la primera víctima de la dictadura. Si se quieren más paradojas: la víctima de la dictadura es un militar, asesinado cuatro días después del golpe.