Desde este martes 19 y hasta el viernes 22 de noviembre, la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) pone en marcha la Campaña Nacional de Prevención del Cáncer de Piel en todo el territorio nacional.

En Córdoba, distintos hospitales provinciales ofrecen atención gratuita a todos los pacientes que voluntariamente se acercan a la consulta por lesiones de piel sospechosas.

Hospital Córdoba: realiza consultorías para toda la población, por demanda espontánea, desde este martes 19 al jueves 21, de 10 a 12 horas, en el consultorio de dermatología, N° 25.

Hospital San Roque: ofrece atención para el público en general, desde este martes 19 al jueves 21, de 8.30 a 10.30.

Hospital Pediátrico: brinda consultas para toda la comunidad, por orden de llegada; el martes 19, el jueves 21, y el lunes 25, de 9 a 12.30.

Hospital de Niños: ofrece atención en consultorios para niños, niñas y adolescentes hasta los 15 años; los miércoles 20 y 27, los viernes 22 y 29, y el lunes 25; de 9 a 10.

Hospital Tránsito Cáceres de Allende: ofrece 20 turnos diarios para el público en general, por orden de llegada, desde este martes 19 al viernes 22, de 8 a 12.

Hospital Neonatal: se pliega a la actividad, con pesquisa de lunares y manchas, para personas de todas las edades, el jueves 21, de 8 a 10.

En esta campaña se cuenta con la ayuda de dermatólogos, empresas, organismos gubernamentales y diferentes medios comunicación para realizar esta acción y difundir medidas de prevención.

Desde la SAD llaman a participar y ayudar a concientizar a la población acerca de la importancia que tiene la salud de la piel, realizando el chequeo dermatológico, invitando a otros a revisarse, difundiendo la campaña para multiplicar el mensaje, compartiendo las medidas protectoras:
- Usar sombrero de ala ancha
- Anteojos con filtro UV certificado
- Camisa con mangas largas
- Ponerse a la sombra
- Usar cremas protectoras solares de calidad reconocida que bloqueen radiaciones UVA y UBV, y reponer cada 2 horas.

El cáncer de piel se puede prevenir
La principal causa para este tipo de cáncer es la exposición inadecuada al sol, que es prevenible. Como el daño solar es acumulable, esta desprotección de la piel produce a largo plazo, envejecimiento prematuro, lesiones precancerosas y cáncer de piel.

Otras causas menos frecuentes son exposiciones a rayos x (de manera repetida) y al arsénico, presencia de cicatrices por quemaduras severas y antecedentes familiares de cáncer de piel.

La detección oportuna aumenta las posibilidades de curación. Por eso, es importante hacerse exámenes y visitar al dermatólogo periódicamente (una vez al año), como medida de prevención.

Para proteger la piel de potenciales daños y del cáncer, se recomienda evitar la exposición entre las 10 y las 16, aún en días nublados; usar protector de factor 30 por lo menos; y cubrirse con gorra y ropa liviana de mangas largas si debemos estar al sol a esas horas y usar sombreros o gorras.

Es necesario remarcar que la exposición solar en la infancia implica un mayor riesgo. Los niños y niñas menores de un año no deben permanecer al sol de ninguna manera y si hay una exposición ocasional, recordar que los protectores solares son aptos sólo para bebés de más de seis meses. A partir de esa edad, se les debe colocar protector solar de amplio espectro contra rayos UVA y UVB (factor 50 o más), aplicar una capa generosa, y cubrir toda la piel expuesta, sin olvidar las orejas, el cuello, los pies y el dorso de las manos, aún cuando esté nublado. También es importante reforzar los cuidados durante el embarazo.

Signos de alerta
Se debe prestar atención a manchas inicialmente planas rosadas o rojizas, ásperas al tacto y que se vuelven cada vez más rugosas o escamosas. Se ven especialmente en la cara, en el dorso de las manos, en el labio inferior y en las orejas.

Asimismo, considerar si hay bultos que crecen en forma sostenida en el tiempo, lastimaduras que no cicatrizan a pesar de un tratamiento correcto, heridas sangrantes costrosas no provocadas por un traumatismo previo.

Además, es importante observar lunares que cambien de coloración, piquen, se inflamen, sus bordes se vuelvan irregulares o asimétricos o crezcan (de un tamaño superior a 6 mm).