El gobierno escocés hizo pública una lista de 435 castillos sin uso ni herederos, y cada una de ellos vale cerca de 500 mil dólares.

Las propiedades sin reclamar están en la frontera norte de Escocia, y los descendientes de sus últimos dueños pueden reclamarlas, en principio, si tienen el mismo apellido.

En aquel país, las propiedades sin herederos quedan al cuidado de la Corona. La Office of Queen's and Lord Treasurer's Remembrancer custodia los bienes hasta que son reclamados o, pasado cierto tiempo, quedan en poder de la Corona.

El parlamento de Escocia aprobó en 2016 una ley de sucesión que simplificó el proceso para reclamar bienes sin dueño. Mediante la nueva ley, se elimina la condición de comprar un "bono de precaución", una especie de seguro que sólo concedían pocas empresas británicas.

Entonces, si una persona muere y no deja un testamento que acredite su voluntad, todo lo que posee podría ser reclamado con el requisito de tener el mismo apellido que el dueño anterior y tener una relación de cosanguinidad. En la lista aparecen propiedades relacionadas con los apellidos Carlin, Hunniball, Malone-Philban y Raube.

Además, se incluyen apellidos más comunes, como Adams, Brown o Kelly. Esto podría complicar el proceso si se presentaran muchas personas como posibles herederos. Pero hay apellidos más raros, tales como Mabbit, Orr o Roach, donde la identificación podría ser relativamente más sencilla.

Un caso de éxito de este tipo de reclamaciones es el de la jubilada londinense Margaret Abbotts. La mujer heredó cerca de 400 mil dólares de una media hermana que nunca conoció. Un estudio de abogados especialista en genealogía forense la contactó luego de rastrearla en base al conocimiento de la propiedad en esta condición.

Por otro lado, también hay más de 8.000 propiedades sin reclamar en Inglaterra y Gales.