El hecho sucedió en Chihuahua, México; sabemos que puede resultar molesto el pinchazo, incluso puede ocasionar dolor en el brazo por unas horas. Aún cuando pueda causar algunos efectos como una leve subida en la temperatura corporal, creemos que no es necesario gritar tanto al ser inoculado. Sin embargo, este joven, que seguramente tiene un miedo instaurado desde muy chico en lo que refiere a la vacunación o agujas, se ruboriza ante la situación.

Presten atención a la risa de la enfermera, que no se puede contener por la exclamación del muchacho. Finalmente le colocan la vacuna y todos en el recinto terminan aplaudiendo.