Parece que Valentino Ábila, hijo de Ramón, quiere seguir los pasos de su padre, ya que se puso la camiseta de Instituto a los cinco años y salió a las mismas canchas en las que se formó Wanchope para jugar al fútbol.

El goleador de Boca comenzó su camino en 2008 en la Gloria. Luego se fue a Sarmiento de Junín y Deportivo Morón, pero regresó y brilló en 2013 para después dar el salto a Huracán, de ahí a Cruzeiro y finalmente vestirse de azul y oro.

Como lo hizo su papá ya juega en el predio de La Agustina