Finalmente, la decisión parecía ser que haya fútbol en el estadio Monumental de Nuñez. Así lo dio a conocer la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), a través de las redes sociales, antes de pasar el juego para el domingo a las 17:00.

El horario era el de las 19:15, "a efectos de cumplir con el cronograma de la final", y antes había sido el de las 18:00.

La demora es lo primero que generó ese agrio condimento de la agresión al colectivo que trasladaba a la delegación de Boca Juniors, generando heridos, aunque terminó en la suspensión.

A través de un comunicado firmado por su presidente, Alejandro Domínguez,, Conmebol acusó que su cuerpo médico "no pudo confirmar" las lesiones de dos futbolistas del plantel Xeneize, quienes "refirieron lesiones en la córnea".

Por eso, se lee, "desde el punto de vista médico no existe una causal para la suspensión".

Un total de siete jugadores fueron reportados con consecuencias, que surgen desde la rotura de vidrios del ómnibus en adelante. De allí el enojo de la dirigencia de Boca Juniors.

Primando el sentido común, finalmente la Copa Libertadores tendría un campeón el domingo.