Al conducir con lluvia, al frenar, circular por las rotondas, etc. tenemos malos hábitos al volante que debemos mejorar.

En las rotondas se recomienda ir siempre por el carril derecho; y si no lo haces así, respeta la prioridad del que va por la derecha y, también, mantente siempre en tu carril, sin trazar invadiendo los otros carriles como si no hubiera nadie. Él siempre tiene preferencia.

Utiliza el carril izquierdo sólo cuando vayas a adelantar, y colócate a la derecha cuando hayas terminado. Y, ya de paso, pon siempre el guiño.

Por otro lado, si vas por el carril izquierdo y quieres adelantar, pero tienes delante a un conductor que no se quita, no lo presiones ni trates de adelantarle por la derecha. Mantén la calma hasta que te vea y se retire o puedes hacer guiño de luces por si no te ha visto.

Debes mantener una distancia de seguridad respecto al vehículo que te precede que, en caso de frenada brusca de este vehículo, te permita detenerte sin colisionar (para vehículos de más de 3.500 kg de peso, establece una de 50 metros). En caso de lluvia o niebla deberás aumentar esa distancia. Ademas en caso de frenada brusca, no tendrás espacio suficiente para detenerte o para cambiarte con seguridad de carril, comprobando previamente que puedes hacerlo por lo cual es importante mirar habitualmente los retrovisores.

Si hay mucho tráfico y ves que no vas a poder incorporarte a la vía, frena al inicio del carril y aprovéchalo para acelerar a fondo en cuanto veas un hueco. No tengas miedo por acelerar a fondo.

En cuanto a lo de facilitar el acceso, significa precisamente eso, que debemos facilitar siempre que sea posible y que no afecte a la circulación de los que van por la vía principal. El que tiene que ceder el paso es el que se incorpora, no al revés. Si no lo hacemos así, podemos provocar graves situaciones de peligro, pues por la vía principal pueden venir otros conductores despistados, a una velocidad demasiado elevada o que, simplemente, no nos hayan visto porque les tape otro coche.

Frenar de forma brusca es malo tanto por seguridad (es más fácil perder el control, o que otro coche nos alcance por detrás) como por mecánica (los neumáticos, discos y pastillas sufren más). Por otro lado, y en curva, frenar en apoyo, sobre todo si es un cambio de rasante o hay humedad o suciedad en la carretera, es muy peligroso, pues estamos pasado mucho peso al eje delantero del vehículo y liberándolo del trasero, que se puede desestabilizar con más facilidad.

Anticípate y mira siempre lo más lejos que puedas. Eso hará que muchas veces te baste con levantar el pedal de acelerador para llevar la velocidad adecuada y, si tienes que frenar, podrás hacerlo de una forma más suave y progresiva. En curva, intenta llegar al inicio con todos los deberes hechos: con la marcha adecuada y a una velocidad razonable que te permita trazar sin tener que frenar (o, si tienes que hacerlo, que sea con suavidad).

Si sueles circular en marchas excesivamente largas cuando necesitas aceleración y en otras demasiado cortas cuando ya no necesitas esa aceleración. ¿La razón? En el primero caso, consumiremos combustible, pero a costa de hacer sufrir a la mecánica; en el segundo, estaremos consumiendo más de lo necesario.

Intenta utilizar marchas más bien largas cuando no necesites mucha aceleración, y reduce una o dos velocidades cuando necesites ganar velocidad con rapidez.

En cuanto veas las primeras gotas de lluvia, conecta las luces y aumenta la distancia de seguridad, además de frenar y girar con un poco más de suavidad. ¡Ojo! Eso no significa que te empanes y circules a la mitad de velocidad de como lo harías en seco, otro fallo muy habitual; basta con ser un poco más suave.

Si por ejemplo, llegas a un supermercado y ‘tiras’ el coche de cualquier manera, ocupando tu plaza y parte de la de al lado; o estacionas en las plazas reservadas a personas con movilidad reducida sin serlo, esta mal. Basta con que utilices el sentido común y pienses en los demás.