La Escuela Rivera Indarte en Calchín recuerda con especial cariño a uno de sus mejores alumnos: Julián Álvarez. Nacido el 31 de enero del 2000, terminó la primaria como abanderado del estandarte argentino por su excelente desempeño académico. 

Años más tarde, el crack cordobés vuelve a representar la bandera argentina en Qatar. Sus maestras lo recuerdan con gran cariño y cuentan que la escuela se tiñó de celeste y blanco para alentar a la selección. 

Foto: Gentileza
Foto: Gentileza

Patricia Campoli, directora de la institución, manifestó su emoción al verlo jugar: “No caemos, parece que todavía lo vemos al Juli que creció y vivió con nosotras tanto tiempo”. Lo recuerda como un niño humilde y que “siempre trabajaba en equipo”. 

“Más allá de sus capacidades en lo físico y, también en lo intelectual, siempre lo veíamos integrado en los grupos y siendo parte. Es una persona muy íntegra y que muestra su humildad”, comentó. 

Graciela De Barberis fue su maestra en quinto grado. En diálogo con Canal 10, habló sobre uno de sus mejores alumnos: “Siempre fue muy calladito, hablando lo justo y necesario, al igual que ahora. Pero sí muy aplicado y buen compañero”. 

Cuenta que ella siempre supo que Julián iba a ser un gran jugador y se lo decía en muchas ocasiones: “En broma comentaba que periodistas iban a venir a hacerme notas y le daba mucha vergüenza”. 

Cómo era Julián Álvarez en la escuela: hablan sus maestros de Calchín

Otra de las docentes de la escuela, Patricia Magnino, se refirió a la infancia del jugador: “Lo recuerdo con sus hermanos, jugando siempre al fútbol, también con sus vecinos”. 

La vida de Julián Álvarez siempre estuvo relacionada con el futbol y la pasión. A días de la final del mundo, la Escuela Rivera Indarte y todo Calchín alienta a la Selección Argentina.