Era 1969, y desde junio de 1966 cuando Arturo Illia fue derrocado y como muchas otras veces en la historia argentina, una dictadura militar estaba al mando de los destinos del país, en este caso la autoproclamada "Revolución Argentina" liderada por el general Juan Carlos Onganía, que fue la primera dictadura permanente en seguir la doctrina de la Seguridad Nacional llevada adelante por Estados Unidos en América Latina, como una estrategia político-militar en el marco de la llamada Guerra Fría.

Una de sus primeras medidas fue la abolición de los partidos políticos, hecho que comenzó a generar la malestar en los diferentes ámbitos sociales, sindicales y políticos, que empezaron a organizar la resistencia.

Luego de otras medidas antipopulares que impactaban en los derechos de los trabajadores, el 12 de mayo de 1969, el gobierno de facto había sancionado la ley 18.204 , que establecía un régimen de descanso para los trabajadores a partir del sábado a las 13 horas (sábado inglés) y todo el domingo, con jornadas semanales de 48 horas de trabajo, cuando en Córdoba ya regía una ley que establecía jornadas semanales de 44 horas, por lo que la ley sancionada por la dictadura agregaba 4 horas más de trabajo.

Esa y otras medidas conflictivas y el rumbo económico que quería imponer la dictadura a fuerza de represión y muerte, generaron el descontento en las filas obreras que comenzaron a movilizarse y organizar la resistencia, que culminaría con el "Cordobazo" del 29 de mayo de 1969.

El 15 de mayo en la provincia de Corrientes, durante una protesta estudiantil las fuerzas de seguridad habían matado a Juan José Cabral, lo que generó una movilización popular conocida como el "Correntinazo". Al otro día, en una protesta estudiantil en Rosario en repudio a lo ocurrido en Corrientes, el estudiante Luis Norberto Blanco es asesinado también durante la represión llevada adelante por las fuerzas de seguridad, lo que originó otra movilización de repudio conocida como el "Primer Rosariazo".

Esos hechos generaron movilizaciones de protesta en todo el país, y en Córdoba el movimiento estudiantil llevó adelante la Toma de barrio Alberdi el 23 de mayo, que fue violentamente reprimida por la policía.

Ese contexto en el que se vivía, fue generando las condiciones para que en Córdoba, Agustín Tosco que era secretario general de Luz y Fuerza, Elpidio Torres que estaba al frente del Smata y Agustín Canelles de la Uocra, se pusieran de acuerdo a pesar de sus diferencias ideológicas, y elaboraran un plan de lucha, al que más tarde se sumó el peronista Atilio López de UTA, para enfrentar las políticas de la dictadura de Onganía.

Fue así que lanzaron un paro general de actividades de 37 horas, que comenzaría a las 11 horas del 29 de mayo y finalizaría en el último minuto del 30 de mayo, en consonancia con un paro nacional decretado por las dos CGT que existían por entonces. A la medida se sumaron las organizaciones estudiantiles universitarias y organizaciones políticas clandestinas,  ya que los partidos habían sido abolidos al comienzo de la dictadura.

La movilización y resistencia a las fuerzas de seguridad fue detalladamente planificada con columnas que se concentraban y movilizaban a lo largo y ancho de toda la ciudad y que estaban aprovisionadas con bombas molotov, hondas y bulones para arrojar a la policía, además de haber sembrado clavos miguelitos, botellas rotas y piedras en las calles para dificultar el paso a la policía.

Pasado el mediodía de aquel 29 de mayo, se produce la muerte del delegado de Smata, Máximo Mena, como consecuencia de un disparo de arma de fuego de la policía montada que se enfrentaba con los manifestantes en la zona de Plaza Vélez Sarsfield. Ese hecho provocó una reacción social en cadena y miles de personas se volcaron a las calles para apoyar a los más de 15 mil manifestantes que habían iniciado la protesta.

La policía debió replegarse en el Cabildo superada por el número de manifestantes que llegaban a los 50 mil en toda la ciudad, y en ese momento y en respuesta a la muerte de Mena se producen quemas de comisarías, el Círculo de Suboficiales del Ejército, la empresa norteamericana Xerox, concesionarios de autos, el ministerio de Obras Públicas,  la sede de Gas del Estado y la confitería la Oriental, entre otros edificios.

En ese contexto, la policía convoca al Ejército para enfrentar a los manifestantes que, luego de las quemas se repliegan en los distintos barrios de la ciudad. Cerca de las cinco de la tarde, las tropas del Ejército ingresan a la ciudad, y luego de unas horas dictan el toque de queda de noche y la autorización para abrir fuego contra manifestantes. Más tarde, también establecieron la prohibición para que la gente salga de sus casas en todo el día.

Tras el despliegue de fuerzas en el centro, los militares toman el control del centro de la ciudad, allanan Smata y Luz y Fuerza y detienen a sus dirigentes. En los dos días posteriores, el Ejército va retomando el control de la vía pública y los barrios, aunque enfrentando una gran resistencia por parte de los distintos focos que quedaban por toda la ciudad. Según las estimaciones, unas 300 personas fueron detenidas y 104 juzgadas. Tras su detención, numerosos dirigentes gremiales, entre los que se encontraban Tosco, Elpidio Torres, Tomás Di Toffino y otros, son sometidos a tribunales militares y condenados a prisión en las cárceles de Trelew y La Pampa, hasta noviembre de 1969, ya que en ese mes, Onganía dispuso la amnistía.

El "Cordobazo" es considerado como el principio del fin de la dictadura de Onganía, que se produjo un año después. Los sucesos ocurridos debilitaron a su gobierno, provocando su salida y reemplazado primero por el general Marcelo Levingston y luego por el general Alejandro Agustín Lanusse, quien quedó al frente de la dictadura que finalmente deriva en las elecciones de 1973, dando paso al regreso de Perón a la Argentina.