Eran las tres de la tarde cuando el anuncio que se desprendió desde la Junta Electoral de la Municipalidad de Córdoba refería que sólo el 40% del padrón había concurrido  a votar.

Las escuelas semivacías presagiaban tales detalles.

Con posterioridad su presidente, Alejandro Moyano, señaló que fue “un poco más del 58 por ciento”. La cuestión significa un negativo récord de participación.

Todas las fuerzas políticas fueron cuestionando la solicitada que quienes tienen a su cargo los comicios publicaron en la prensa gráfica durante el fin de semana, en plena veda electoral, remarcando que “NO se aplicarán multas si no van a votar”. El argumento era la falta de reglamentación.

La cuestión es que, desde los diferentes búnkers plantearon que la cuestión significó un “desaliento” para concurrir, y el porcentaje fue bajo.

El escrutinio provisorio ubicó el dato final en 60,26%, siendo poco más de 680 mil personas.

Muy por el contrario, los comicios previos venían marcando un incremento.

Cuando en 2007 se celebraba que el 70,45% del padrón había concurrido, y Daniel Giacomino llegaba al Palacio 6 de Julio, en 2011 significó un número apenas superior. 

Para la reelección de Ramón Mestre, cuatro años después, el detalle llegó al 72,9 por ciento.

Los cordobeses y residentes, en tanto, habían concurrido en 2019 en el muy buen detalle del 73,14%.

Al aguardo del dato final de este domingo 23 de julio, todo apunta a que se romperá la estadística.