En las últimas semanas, Córdoba atravesó una serie de asesinatos que tiene como denominador en común el narcotráfico y la violencia urbana.

El padre Pablo Viola es delegado de la Pastoral de Adicciones Córdoba y reflexionó sobre la problemática de las drogas en los barrios.

“No solo mueren pibes en hechos de violencia. Hoy, por ejemplo, nos amanecimos con la noticia de que uno de los pibes que estaba viniendo al centro barrial nuestro se quitó la vida”, aclaró el sacerdote y comentó que en el último mes tuvo 4 o 5 muertes en el barrio vinculadas a las drogas.

Viola reflexionó: "Hay muchísimos jóvenes que en el laberinto de las drogas eligen el mismo camino. Cuando se apaga la luz y no hay ninguna esperanza".

Para el padre, la droga se convirtió en un estilo de vida: tanto en el consumo como en la venta. “Antes, aprendías que ante la tristeza podías amar, tenías tus viejos, y ahora ante la tristeza está la posibilidad de taparlo con drogas. Tenés la posibilidad de conseguirlo en todas las cuadras, al menos un transa hay”, declaró.

Y agregó: “También hay gente que resuelve el problema económico con la droga en la venta”.

“El adicto es la única persona que se roba a sí misma. Sale a la mañana con un par de zapatillas y a las dos horas vuelve descalzo porque le dejó la zapatilla al transa”, remarcó.

Como solución a los problemas de las drogas, Viola citó a Francisco y afirmó que la gente necesita “tierra, techo y trabajo”. 

“Nosotros siempre hablamos de una comunidad que se organiza y un estado presente. Para nosotros es fundamental la presencia del Estado: subsidiando actividades o de manera directa”, dijo.