Su discurso atravesó tantas aristas que, pese a jugarse la chance de ascender a la Primera B Nacional, hasta llegó a vaticinar que ese partido marcaría su despedida de Talleres. Era diciembre de 2014.

Más de siete años después, Ángel Guillermo Hoyos vuelve a ser el DT de Talleres. Ahora, disputado la Liga Profesional de Primera División.

"Mañana capaz no nos vamos a ver y van a decir 'este es un loco'. Noooooo, esto es fútbol, vida... como se vive, así se juega", lanzaba en la previa del choque con Gimnasia y Esgrima de Mendoza en el vestuario del estadio 'Mario Kempes'.

Andrés Fassi ya era el presidente de la institución, aunque había asumido ya con el villamariense en el banco. Tras la caída con los mendocinos, el entrenador cambió.

Antes, el DT dejó su sello en aquel video que trascendió. Rodeado por los jugadores, advirtió que "esto cambia la vida de todos" y que "Talleres es la vida de muchos niños".

Apuntando a la fibra íntima de su plantel, dijo que quería a cada uno "activo, no pasivo", pidió "locura" y simbólicamente adujo que "hay que matar: hay que ser asesino en la vida".

En aquel tiempo, Hoyos dirigió catorce partidos en los 57 días que duró su ciclo. Antes había perdido la final por el primer ascenso, en Junín y ante Unión de Mar del Plata. Ganó 4, empató 5 juegos y perdió otros cinco.

"Fútbol... vida. Al borde la locura... nosotros tenemos a Dios, que está del lado nuestro. ¿Por qué? Porque tenemos objetivos, como ayudar a la gente. Hay que mirar a la derecha, a la izquierda, y ver la pobreza que hay. No hay que mirar para arriba y sólo comprarse el auto y el pantalón. Ser jugador de fútbol te corre acá, acá, acá", disparó.

Nacido en Villa María hace 56 años, ahora parece tener nuevamente la chance de conducir al equipo en el que jugó entre 1983 y '84.

Hace más de siete años, sus últimas palabras a sus dirigidos antes de salir al terreno y habilitar la tradicional oración, sentenció que "viviendo las cosas con pasión, nos vamos en paz, tranquilos".