Tras dejar La Cumbre con rumbo a Ongamira aparece Quebrada de Luna. Allí se instalaron estas personas de origen brasilero que se hacen llamar, a sí mismos, monjes. Desde el Obispado de Salto, Uruguay, donde también tiene sede la Comunidad Luz de la Hermandad ya advirtieron que el culto no forma parte del catolicismo y que tienen series discrepancias con sus creencias: extra e intraterrestres, transmigraciones, la estrella de Belén como nave galáctica, etc.

La comunidad, que nació en Brasil, está formada, dicen, por videntes que son, también, “mensajeros divinos” de la Virgen María, a quien llaman Mahindra. Y por orden de la Virgen, señalan, se instalaron en este paraje paradisíaco de Punilla, donde poco a poco van anexando más tierras a sus dominios, siempre vestidos como monjes.

No obstante todo esto, el mayor reclamo de los habitantes del lugar está puesto en lo que sucede cada día a las 9 de la mañana, a las 12 del mediodía, a las 6 de la tarde y a las 9 de la noche: el repiqueteo incesante y atronador de una campana en medio del monte nativo. 14 campanadas en 4 momentos del día que, señalan los especialistas, suponen una notable contaminación sonora para la fauna del lugar.

Pese al pedido y reclamo para que cesen con la práctica urbana de hacer sonar una campana donde sólo habitan pájaros, los integrantes de esta comunidad, que a su vez dicen formar parte de la Orden Gracias Misericordiosa, mantienen la práctica. Junto a ella, en su página web poco espiritual, también invitan a hacer aportes económicos a través de tarjetas de crédito al banco brasilero Itau.

El fotógrafo de aves, ornitólogo y presidente de la Fundación Mil Aves, Guillermo Galliano, habló sobre los efectos de estos sonidos.

Guillermo Galliano sobre el campanario en Ongamira by cba24n.com.ar