Mediante un juicio abreviado -un arreglo al que se llegó entre la justicia y el victimario- el perpetrador reconoció que durante años abusó sexualmente de su hija, y finalmente fue condenado el viernes a 14 años y 10 meses de prisión. Así lo dispuso la Cámara Criminal y Correccional de Río Cuarto, que leerá los argumentos de la sentencia el próximo 25 de noviembre.  

El abusador, oriundo de Huerta Grande, fue encontrado responsable de los delitos de “abuso sexual con acceso carnal reiterado, gravemente ultrajante, agravado por el vínculo y por la convivencia preexistente”. Además, se declaró culpable por "promoción y facilitación a la corrupción de menores y tenencia de material pornográfico infantil", por lo que el monto de la pena fue beneficiosa para el hombre.

“Todavía estoy sin palabras. Esperábamos otro juicio sinceramente, pero a último momento él dijo que se quería declarar culpable y que le busquemos una condena. Obviamente un montón de gente me apoyó y lo aprecio, pero siento que todos esperan que con la condena se termine todo y mi vida sigue como siempre, con más cosas encima incluso. Quisiera explicarle eso a la gente: gracias a todos por todo, pero mi vida sigue igual y aunque esté en cana –que ya lo estaba- no cambia, sólo se hizo justicia y es sólo una palabra”, señaló la víctima de 18 años, a La Estafeta.

La joven agregó: “Me sorprendió que lo reconozca. Cuando se estaba declarando culpable pidió la palabra para pedirme perdón, haciéndose la víctima, diciendo que él también había perdido su oportunidad de ser padre… ¿Y yo qué? Yo perdí mi vida por esto. Me pareció muy patético de su parte porque no parecía muy convencido de que había hecho algo mal en su vida. También dijo que había cometido un error y que todos cometemos errores que tienen consecuencias, por lo cual estaba ahí adentro… ¿Y yo? Estoy afuera y su error me dejó una consecuencia”.

El hombre de 47 años, cumplirá condena en el complejo carcelario de Cruz del Eje, establecimiento donde se encuentra detenido desde julio de 2020. Los abusos hacia su hija comenzaron cuando ella tenía sólo ocho años.

Por su parte, la abogada Gisela Libermann, representante de la querella indicó que “Si hubiera sido un juicio oral hubiéramos pedido el máximo –de 8 a 20 años- pero teniendo en cuenta que se obtuvo el reconocimiento liso y llano de los hechos por parte del acusado, la pena nos parece apropiada y previsible dentro de las escalas penales por los hechos que se le reprochan”, explicó la letrada, quien colaboró con la querella llevada adelante por su colega Luciana Rizza.

“Lo más importante es haber logrado una sentencia rápida que fue de vital importancia para la querella y el respeto de los derechos de la víctima”, concluyó la abogada en declaraciones a La Estafeta.