En la tarde del viernes 16 de junio, tuve la oportunidad de dialogar con Nacha Vollenweider en el ciclo Viernes Hache, llevado a cabo en la biblioteca Córdoba. Durante la entrevista, se presentó su nueva novela gráfica titulada "Volver", una especie de diario de viaje o de vida que narra una historia de desamor. Sin embargo, fiel a su propio estilo, Nacha utiliza su propia vida como punto de partida para plasmar en blanco y negro una narrativa sobre la vida migrante, las crisis económicas y la desigualdad social.

Con la frente marchita

Al igual que las historias de su abuela Antonia, figura crucial en su vida y en sus obras, "Volver" nos enfrenta a relatos que comienzan, se detienen, se retoman más adelante y vuelven a empezar. A lo largo de cuatro años de vida, desde la separación en Brasil hasta el miedo de no cumplir con las leyes alemanas, el reencuentro con la casa familiar y un viaje al corazón de Atacama.

Fragmento "Volver" Nacha Vollenweider
Fragmento "Volver" Nacha Vollenweider

Presentada a través de los deambulares de la autora, encontramos las diferencias y similitudes entre una Hamburgo estricta y un Mercado Norte, libre o caótico, según el criterio del lector. En su obra anterior, "Notas al pie", Nacha nos presenta el tren alemán como una Torre de Babel, un lugar donde convergen diferentes idiomas y nacionalidades. En "Volver", por otro lado, observamos el barrio cordobés, habitado por vecinos y vecinas provenientes de distintas partes, con vidas y elecciones de supervivencia diferentes, un nuevo espacio que nuevamente evoca la mirada nostálgica de la autora.

Fragmento "Volver" Nacha Vollenweider
Fragmento "Volver" Nacha Vollenweider

Durante nuestra conversación, Vollenweider reveló que considera que esa mirada de la nostalgia, presente en cada una de sus obras, es parte de un gen generacional que la precede a ella misma y a su experiencia migratoria.

"Siempre se nota. Una está constantemente pensando en de dónde vinieron, quiénes eran, qué hacían y dónde se fueron", reflexionó Nacha.

Nacha, la dibujante: Desde su perspectiva como dibujante, Nacha logra apropiarse de las cosas y observar el mundo desde un lugar particular, como si estuviera contemplando su propia vida desde una "mirada flotante".

"Como dibujante, siempre mantienes cierta distancia y observas las cosas desde una perspectiva propia, para luego apropiarte de ellas. Creo que esta mirada distante me brinda una herramienta para atraerme hacia ciertas historias y enfoques", explicó Vollenweider.

Nacha Vollenweider. Foto: Rapto
Nacha Vollenweider. Foto: Rapto

¿Alguna vez te has imaginado los Alpes Suizos con enormes agujeros?

Como quién quiere la cosa, en "Volver" a través del personaje de Simón, un amigo de Nacha que reside en Suiza, somos testigos de las diferencias entre el prometedor primer mundo y el saqueado tercer mundo.

Simón, un hombre blanco y rubio, se encuentra en Buenos Aires con una Nacha recién separada, que vive de sus ahorros y sin muchos planes, para proponerle ser su guía de viaje por Sudamérica. Esta historia, en medio de su proceso de regresar a Argentina, llega hasta el desierto de Atacama y la explotación de litio.

"Así como ha cambiado el paisaje desde que trajeron la minería a cielo abierto... Vienen a sacar oro, plata y cobre. Para eso también se necesita agua, mucha agua. Ya hay muchos ríos muertos, contaminados o secos. Hay una empresa suiza, Glencore International, que, creo, está operando aquí", fragmento de “Volver”.

Fragmento "Volver" Nacha Vollenweider
Fragmento "Volver" Nacha Vollenweider

La conversación duró casi una hora, interrumpida por las demandas de las vidas ajenas, y concluyó al igual que sus novelas "Notas al pie" y "Volver": sin un cierre preciso pero contundente, dejando en claro que lo que continúa es la vida.