La cuestión no tiene antecedentes en la Argentina: la presencia de un juez dando a conocer en el Congreso precisiones respecto a “una red de espionaje ilegal de magnitudes”.

La presencia este miércoles de Alejo Ramos Padilla, citado por la comisión de Libertad de Expresión, fue considerada como “muy impactante” por Félix Crous.

Separado de la Procuraduría de Violencia Institucional (PROCUVIN) en 2017 en una maniobra oficial, remarcó: “El hecho es muy grave, pero más grave aún es la perspectiva desde la cual se comete y el nivel de ligereza e irresponsabilidad profesional, cuanto menos, de buena parte del Poder Judicial. Porque se nutre de un personaje que no sabemos para quién trabaja… sea un inorgánico o un vendehumo, está entrando y saliendo de las fiscalías”.

La referencia que hizo, en diálogo con el programa Nada del otro mundo, es a Marcelo D’Alessio, detenido tras una denuncia de extorsión, aunque el allanamiento de su vivienda le dio un giro a la investigación judicial, que ya no cuenta con secreto de sumario.

“El personaje es estrafalario, pero no menos compatible con el mundo al que dice pertenecer. Quedó atrapado en su locuacidad extrema, dando a conocer sus influencias; fue dejando rastros. Se encontró con un hombre muy astuto (por el productor Pedro Etchebest, quien lo denunció), para ir documentando ese hecho”, graficó.

Crous adujo que tal práctica “está prohibido por la ley de inteligencia nacional”, que en 2003 dejó sentado que “es un delito que investigadores, policías y judiciales se nutran de datos por fuera de su conducción orgánica”.

La influencia que desnuda, sobre una investigación judicial, es una cuestión central.

El exfuncionario judicial adujo que la cuestión “deja ver de alguna manera la matriz en la que se incide en la realidad desde el Poder Judicial”, remarcando que “el sistema de medios forma parte de este dispositivo”.