El de Williams, que sustituye a Hamilton en esta carrera, hizo su parada final como flamante líder de la carrera con más de 7 segundos de ventaja sobre el veterano Bottas, pero las prisas, provocadas por el Virtual Safety Car tras el accidente de Aitken, hicieron que entraran a la vez los dos pilotos de la estrella, sin todos los pertrechos preparados.

La parada de Russell fue mala, más de cinco segundos, y luego la de Bottas peor aún, 27, ya que sus gomas no estaban preparadas, le faltaban... pero porque Russell se había llevado alguna de las suyas, en concreto las dos delanteras. Increíble en un equipo de los recursos y la veteranía de Mercedes, puede que por haber cambiado las bandas y códigos de Lewis por los de George, o quién sabe. Bottas tuvo que volver a pista con los viejos duros. Un desastre.

George no se lo podía creer, tenía que volver a boxes a ponerse gomas nuevas entre gritos y gruñidos por la radio, ya que es antirreglamentario usar las del compañero, y regresaba de nuevo quinto tras Bottas, que a su vez montaba los mismos duros de nuevo y lejos de la cabeza.

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Sin embargo el ataque hacia su compañero, soberbio, le lanzó de nuevo a la cabeza, pasando luego a Ocon y Stroll hacía lo que parecía la victoria más épica de los últimos años, pero, quien sabe si por el esfuerzo final, un pinchazo lento terminó de arruinar la fantástica carrera y la victoria para Mercedes, que hoy ha demostrado que los ricos también lloran.

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