En la mañana española de este viernes aún perduraba el sacudón del anuncio que ayer realizó el Barcelona FC: Lionel Messi no continuará en Cataluña. Y las expectativas se centraban en la conferencia de prensa a la que convocó el presidente Joan Laporta.

Aclarando que la idea de ambas partes era llegar a un acuerdo para que siga vistiendo la casaca del único club en el que jugó profesionalmente, calificó a la situación como "tan sencilla como hiriente".

Se va, en definitiva, el futbolista que más títulos ganó, que más partidos disputó y mayor cantidad de goles convirtió en la historia blaugrana.

Puntualmente, el motivo pasa por las exigencias de La Liga española respecto al Fair Play financiero, por el cual una institución no puede gastar más del 70 por ciento de los ingresos del año. "Nos piden que cumplamos las normativas y hoy tenemos comprometido el 110%. Y no van a hacer ninguna excepción porque Leo se quede afuera de La Liga. Hoy nos han dejado una herencia que excede el límite permitido".

Cansado de repetirlo, Laporta le apuntó a la gestión anterior porque "tanto las deudas como las pérdidas previstas para este año son muy elevadas".

Se refirió en muy buenos términos a Jorge Messi, con quien llevó adelante la negociación, y apuntó que "propusimos que juegue dos años y pagarle ese contrato en cinco, pero La Liga no lo aceptó".

En el medio del conflicto, el dirigente adujo que su idea es "defender al club por encima de los jugadores", haciendo alusión a lo que generaría financieramente el contrato de Messi en la entidad.

Pero también le apuntó al acuerdo que LaLiga tiene planeado llevar adelante con el fondo de inversión CVC, el cual inyectaría dinero a los clubes para ser socio y quedarse con parte, por caso, de los derechos televisivos.

"A ese convenio no lo vamos a firmar. No vamos a hipotecar un club de 120 años por los cincuenta que dice el contrato", sentenció.