No paran de llegar malas noticias para los dirigentes de la UEFA. La inestable situación de la pandemia del Covid-19 en algunas regiones de Europa, tornan impredecible la realización inédita de la definición de la Champions. 

La Unión Europea tomó una drástica determinación hace unos meses. Trasladó de Estambul a Lisboa la instancia de cuartos, semis y final del prestigioso torneo. Todos los partidos deben disputarse en la capital de Portugal. 

Las autoridades portuguesas han decretado un nuevo confinamiento en su capital: nada menos que 19 de los 24 distritos pasarán a una nueva cuarentena obligatoria debido al alza de los casos de COVID-19 en los días. Precisamente, allí se concentra el 77 por ciento de los 311 casos registrados en un sólo día. 

António Costa, primer ministro de Portugal, intensificó el control en dicha región: desde el lunes pasado, están prohibidas las reuniones de más de diez personas. Inclusive, las fronteras con España permanecerán cerradas hasta el primero de julio. En el país luso se han registrado en total más de 40 mil casos, mientras que las víctimas fatales ascienden a más de 1500 en total.

La UEFA había designado a Lisboa como sede de la definición por ser una de las regiones con menos circulación del virus.  De la situación de la capital de Portugal depende la reanudación de la Champions League, que será en menos de un mes. Lógicamente, por ahora se mantiene la sede, aunque el máximo organismo del fútbol europeo continuará a la expectativa.