Las Guerreras llegarán a Australia y Nueva Zelanda con el anhelo de hacer historia. Porque más allá de la tradición futbolera y exitista de su país, el combinado femenino -que ya estuvo presente en tres Copas Mundiales- nunca pudo pasar la fase de grupos y tampoco cosechar victorias en el torneo más importante del Mundo a nivel de selecciones.

Conducido por un director técnico que le puso su impronta a un elenco con mucho potencial, el conjunto albiceleste, que concentra a juveniles de talento con emblemas de vasto recorrido a nivel internacional, chocará ante tres adversarios de peso.

Italia representará el primer complicado mojón en su trayecto hacia la siguiente fase. Luego aparecerá Sudáfrica, la campeona de la Copa Africana 2022, con su poderío físico. Y Suecia, que se erige como potencia a nivel mundial y concluyó tercera en la pasada edición, será la encargada de decretar el destino del sueño argentino.

Más allá de los pronósticos y las elucubraciones previas, la Argentina tuvo una muy buena Copa América y eso le permitió clasificar al Mundial con cierta holgura. En la fase preliminar finalizó segunda por detrás de Brasil y accedió a las semifinales; allí, ante la anfitriona Colombia cayó por 1-0, pero se repuso y derrotó a Paraguay por 3-1 en el partido por el tercer y cuarto puesto.

Con la seguridad en el arco de Vanina Correa, la solidez defensiva de un esqueleto ya consolidado, la intensidad de un mediocampo batallador y la eficacia de sus delanteras, la Selección Argentina buscará dar el gran golpe para estar entre las 16 mejores del Mundo.

Germán Portanova, la renovación necesaria

Argentina ante una nueva oportunidad para hacer historia

El combinado nacional, que había quedado eliminado en la primera ronda de Francia 2019, evidenciaba rupturas en el plantel y un distanciamiento explícito entre parte del cuerpo técnico y algunas jugadoras de renombre.

En ese contexto, y con el desafío de clasificar al equipo a Australia y Nueva Zelanda 2023, el 27 de julio de 2021 asumió el rol de nuevo entrenador Germán Portanova, un líder carismático que rápidamente se ganó la confianza de sus dirigidas a base de ideas claras, proyectos ambiciosos y una innegociable propuesta de juego que tenía al protagonismo como rumbo a seguir.

Arribó con la experiencia de tres campeonatos obtenidos en el Fútbol Femenino de Argentina al frente de la UAI Urquiza (2014, 2017/2018 y 2018/2019). Se mostró pragmático, marcó un estilo y se encargó de limar las asperezas internas para volver a citar a Estefanía Banini, una figura clave para el seleccionado.

Convenció al plantel de poder jugarle de igual a igual a cada uno de sus rivales, y con esa filosofía consiguieron el tan ansiado pasaje para el Mundial que se disputará en Oceanía. Imponerse en el difícil grupo que les tocó en el sorteo será el primer gran reto.

Jugadora clave: Estefanía Banini

Argentina ante una nueva oportunidad para hacer historia

Con un presente destacable en el Atlético de Madrid, y luego de una larga ausencia con la camiseta de la Selección, Estefanía Banini retornó al conjunto nacional poco antes de la Copa América y se volvió vital en el camino a la clasificación al Mundial.

Brilló con tres asistencias y exhibió toda su jerarquía cuando su equipo más la necesitaba. A sus 32 años -y más allá de haber anunciado que la próxima será su última Copa Mundial- se mostró vigente y certificó que, a pesar de una sólida base, Las Guerreras no pueden darse el lujo de prescindir de protagonistas de relevancia para el buen funcionamiento colectivo.

Supo cómo encajar en el plan de Portanova, que prioriza el buen trato de la pelota y confía en la calidad, el talento y la inventiva de jugadoras como Banini. La mendocina, que fue elegida por la FIFA dentro del equipo ideal femenino de la temporada 2021, se convirtió además en una herramienta fundamental para las delanteras por su capacidad a la hora de asistir; en ese rubro, y con una efectividad para respetar en la zaga ofensiva, Argentina buscará respaldarse cuando le toque el turno de debutar en el grupo G.

Jugadora a seguir: Yamila Rodríguez

Argentina ante una nueva oportunidad para hacer historia

La misionera Yamila Rodríguez reúne muchas de las características comunes que representan a la idiosincrasia futbolística argentina. Es pícara, se mueve bien en el campo cuando tiene la pelota en los pies, pero cuando acompaña una jugada sin intervenir es aún más inteligente. Es creativa y sobresale por su increíble olfato goleador.

A su muy buena performance con Boca Juniors, equipo del cual es fanática y con el que llegó a disputar la final de la última edición de la Copa Libertadores, le sumó su notoria actuación en la Copa América 2022 con la albiceleste.

Fue la goleadora del certamen con seis conquistas y se cargó el equipo al hombro cuando, a falta de doce minutos para que concluya el partido decisivo ante Paraguay, convirtió el gol del empate que iniciaría la remontada (3-1 final) para sellar la clasificación a la Copa Mundial.

A principios de esta temporada, y en un proceso de crecimiento lógico, fue contratada por el Palmeiras de Brasil. Su debut no podría haber sido mejor: hizo dos goles y dio dos asistencias en la goleada por 9-0 ante el Real Ariquemes.

Argentina en la Copa Mundial Femenina

La Selección Argentina disputará su cuarta Copa Mundial Femenina de la FIFA. En su primera participación, en Estados Unidos 2003, quedó afuera en la fase de grupos tras cosechar derrotas ante Japón, Canadá y Alemania (a la postre campeona del Mundo).

Cuatro años después, en China 2007, volvió a medirse ante el elenco teutón y cayó por 11-0 en el primer partido del grupo. Perdió también ante Japón e Inglaterra y rápidamente se volvió a casa con las manos vacías.

Tras doce años de ausencia, retornó a la máxima competición en Francia 2019 y su imagen mejoró considerablemente. Igualó sin goles ante Japón en el primer cruce, cedió por 1-0 ante Inglaterra y en el tercer cotejo igualó en un desarrollo vibrante ante Escocia por 3-3 (tras ir perdiendo por 3-0). Por muy poco no pudieron materializar un histórico avance a octavos de final.