El coronavirus pegó fuerte en la concentración de Boca Juniors. Ayer se registraron 19 casos, comprendiendo a 14 integrantes de su plantel, entre ellos sus cuatro arqueros, y a cinco integrantes del cuerpo técnico. Por ese motivo, el entrenador Miguel Ángel Russo tuvo que dejar el hotel en el que se alojan los xeneizes, por tratarse de una persona de 64 años y al ser un paciente de riesgo.

Este complicado cuadro sanitario obligó a los dirigentes a suspender los entrenamientos por tres días, hasta que los testeos determinen si se mantienen, disminuyen o aumentan los casos positivos.

A raíz de esta situación, la conducción del club piensa pedir la postergación del partido ante Libertad de Paraguay por la Copa Libertadores, en Asunción, previsto para el 17 de setiembre.

Todo indica que la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) no aceptará ese pedido porque debido a la posible aparición de estos casos masivos en los planteles, el organismo del fútbol sudamericano decidió ampliar de 30 a 40 jugadores la lista de buena fe de cada institución para enfrentar estas eventuales contingencias.

El protocolo de la Confederación Sudamericana de Fútbol establece que, en última instancia, el equipo que no pueda presentarse con COVID 19, perderá los puntos que no pudo disputar en el campo de juego, pero podrá seguir compitiendo.