Andrew Case-Allan se animó a abandonar las artes marciales mixtas para probar en el boxeo, pero la suerte no estuvo de su lado y las imágenes dieron la vuelta al mundo.

A los 33 años, creyó que su camino de motivar a otras personas con exceso de peso debía ser dentro de un cuadrilátero: sufrió una derrota por nocaut en el segundo round.