Bielorrusia es una excepción en Europa y sigue negándose a parar el país en la lucha contra el COVID-19.

La liga de fútbol continúa con normalidad, los restaurantes están abiertos y el presidente califica la crisis del coronavirus como “una psicosis”. Oficialmente apenas se han registrado 94 casos del nuevo coronavirus en esta exrepública soviética limítrofe con la Unión Europea. De ellos, ninguno con resultado de muerte.

Desde el inicio de la crisis sanitaria mundial, Alexander Lukashenko, su presidente desde 1994, rechaza decretar medidas de confinamiento y este sábado se calzó los patines y se unió a un partido de hockey sobre hielo, uno de los deportes más populares del país.