El Azul Sport Team, de la ciudad bonaerense que lleva en su nombre, encontró la forma de seguir en marcha y de generar recursos para subsistir. ¿Qué hizo? Dejó los autos de carrera a un costado y abrió sus puertas para dedicarse a la mecánica en general, desde vehículos particulares hasta ambulancias y patrulleros. 

El taller de TC que ahora atiende a todos

"No queríamos cerrar y dimos un golpe de timón. Surgió la posibilidad de darle una mano a algunos amigos al principio, como favores, y después se empezó a correr la bola", explica Ramón Rodríguez, jefe del equipo que atiende el Ford número 193 del quequenense Marcos Castro en el TC Mouras, uno de los pasos que conforman la escalera hacia el Turismo Carretera.

Con cuatro empleados fijos, más los gastos ineludibles del día a día, la estructura resolvió abrir medio día para intentar solventarlos. En un contexto tan difícil, todo sirve. "Hemos hecho hasta canastos de basura, portones, lo que venga...", asegura Rodríguez, con nueve autos de carrera a su cargo, entre zonales y monopostos.

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