El mediocampista brasileño que está a punto de cumplir 23 años, le costó al club siete millones de euros más tres en variables llegó del Palmeiras y que, tal vez por vergüenza, nunca fue presentado oficialmente como jugador del primer equipo. Pues bien, Matheus Fernandes se despidió de LaLiga este sábado sin jugar un solo minuto. Tampoco jugó en la Copa del Rey y si lo hizo en la Champons fue por la mano izquierda de Koeman para darle 17 minutos contra el Dinamo de Kiev para que pudiese decir que, un día, se puso la camiseta del Barça en un partido oficial.

Cómo pudo acabar un futbolista como Matheus Fernandes en el Barça; y cómo pudo el club esconderlo hasta el punto de no presentarlo oficialmente, es algo difícil de entender. Tal vez lo pueda explicar Eric Abidal, ex secretario técnico del Barça. O André Cury, ese extraño elemento que durante un tiempo fue el responsable de la secretaría técnica del Barça en América. En un reportaje publicado por La Vanguardia el pasado mes de septiembre, se recogían unas declaraciones a FOX de Alexandre Mattos, director deportivo en aquella época del Palmeiras. Le pedí (a Cury) que hablara con el entonces secretario técnico, Éric Abidal, porque quería enseñarle a un jugador. Cuando vino le dije ‘mira el número 35’. En ese momento, me llamaron loco. ¿Quieres vender al Barça un jugador que juega poco en el Palmeiras?". Y Matheus Fernandes se convirtió en jugador del Barça el último día del mes de enero de 2020. Fue cedido al Valladolid, posiblemente para disimular. Seis meses en Pucela para escalonar la extrañeza por su llegada.

El mediocentro tiene contrato con el Barça hasta 2025 y una cláusula de 300 millones. Ahora le toca al club negociar la rescisión de su contrato.