La imagen es elocuente y resume todo, el desastre que esta pandemia está provocando en Nueva York y el mundo entero.

Pero claro ver un playground, los potreros del básquet, sin aros (o con los aros tapados por una madera o las redes atadas) es fuerte.

Nueva York es la metrópoli más basquetbolera del mundo, la meca del deporte, el semillero de tantas estrellas a lo largo de la historia. Y por eso golpea más, significa el doble, cuando hablamos de la cuna de este deporte.

El básquet callejero está en la esencia del estadounidense y no poder jugarlo, es lo que marca la gravedad de una situación extrema.