En enero, mucho antes de que el mundo supiera lo que iba a pasar con la pandemia, en Sevilla se dio un sacudón. Éver Banega tenía nuevo equipo: el Al Shabab de Arabia Saudita lo oficializaba como fichaje para junio. Lo que en España generó cuestionamientos, después del regreso del fútbol se trató de una gran despedida. Con un gran fútbol, el rosarino tuvo su adiós soñado y se consagró con esta Europa League.

"No tengo palabras para este momento tan emotivo y a la vez estoy un poco triste porque me toca irme del club de mi vida. Me voy satisfecho por otro título y les doy las gracias a mis compañeros y al cuerpo técnico por haber cumplido otro sueño. Me voy con la cabeza bien arriba. La clave de este equipo es la unión, saber estar y superar en los momentos difíciles. Ahora me toca disfrutar y despedirme como creo que me merezco", aseguró.